Sus nombres han sido protagonistas indiscutibles de la historia en el deporte extremeño, en numerosas ocasiones por logros importantes. Ahora están en crisis y hay incluso quien pone en cuestión hasta su supervivencia. UD Mérida y Díter Zafra en fútbol y Plasencia en baloncesto atraviesan tiempos difíciles, al punto de que se pone en un inquietante interrogante incluso la continuidad de sus respectivos proyectos.

En el caso de los dos clubs de fútbol, los problemas tienen varios puntos en común: las plantillas todavía no han cobrado... sus tres últimas nóminas. En el Mérida, la voz de alarma ya se ha alzado. "Estamos jodidos", ha dicho Xavi Moro, un veterano del vestuario, en Canal Extremadura, casi calcando las palabras del propio técnico, Goran Milojevic, en este diario. Y Moro se refería casi más a los propios empleados y a los futbolistas jóvenes sin ingresos que están pasando "verdaderas calamidades" estos días ante la ausencia de ingresos.

HACIENDA Y SEGURIDAD SOCIAL La junta gestora que lidera Antonio Higuero está haciendo todo lo posible por generar ingresos, pero se topan con un muro : las subvenciones estarían embargadas por Hacienda y Seguridad Social, con lo cual es técnicamente imposible recibirlas. Desde el propio ayuntamiento ya se ha pensado en una solución, que no es vox populi: dar el dinero al Mérida CF, de Regional, para que éste lo pueda trasladar al club de Segunda B. 100.000 euros, más de 300.000 de Marca Extremadura, están en el aire, con la salvedad de que no se atisba la llegada de un mecenas, como se había pensando con José María Ruiz Mateos.

El problema no es tan acuciante en el Extremadura Plasencia (LEB Plata de baloncesto) a corto plazo, pero sí a medio. El presidente, Antonio Martín Oncina, ya ha advertido que, si no llegan más ayudas y que si siguen cayéndose las actuales, se abandonará la competición profesional la próxima temporada.

Mérida y Plasencia ven una posible solución al problema: lograr el ascenso de categoría, lo cual se adivina ahora como una alternativa muy voluble, aunque probable. En el caso del club de fútbol romano , llegar a Segunda División multiplicaría por varios ceros los ingresos, y en el de Plata de basket el propio presidente, Antonio Martín Oncina, ha asegurado que contaría en el futuro con los 500.000 euros que afianzan económicamente al Cáceres 2016 actualmente en la LEB Oro, paradójicamente un club en el que el capítulo monetario no ocupa ahora la actualidad, en contra de lo que ha ocurrido en anteriores experiencias baloncestísticas de la ciudad con diferente denominación.

El Plasencia está al día de cobro y, pese al problema con el servicio de aguas, se dice que se tiene garantizada la viabilidad económica hasta el final del campeonato. Hay quien interpreta la queja pública de Oncina en clave de presión hacia las instituciones y empresas, pero la incertidumbre ya se ha planteado a corto plazo en el plano deportivo: si no hay ingresos, no hay refuerzos, ni siquiera para sustituir a lesionados clave como es el caso de Jonathan Barceló.

La crisis de Zafra se arrastra de atrás. Los jugadores acumulan tres meses sin cobrar y se ha puesto en marcha una iniciativa con SMS para recaudar fondos que no ha dado el resultado suficiente. Santiago Barrigón, presidente del Díter, trabaja intensamente para buscar una salida que no encuentra y las perspectivas son incluso peores que la de los vecinos de La Estrella de Los Santos de Maimona, quienes están sorteando una crisis muy peculiar, tras el abandono de su mecenas, con una unidad en torno al equipo que ha hecho involucrarse a buena parte de los vecinos de la localidad santeña. Es el instinto de supervivencia en tiempos de crisis, una crisis que amenaza a tres históricos del deporte extremeño.