La hora de España ha llegado. La Ucrania de Andrei Shevchenko es esta tarde la primera etapa en la que que la selección española tiene que empezar a convencer y a convencerse de que puede acercarse a los que siempre ganan para poder pisar los terrenos en los que se discuten las grandes hazañas. Lo que ha habido hasta ahora solo han sido palabras, buenas intenciones y un juego nada más que discreto que apenas da para pensar en superar la primera fase con cierta comodidad, pese a los 22 partidos que el equipo español lleva sin caer derrotado.

Luis Aragonés está convencido de que maneja un grupo capaz de liberarse de una vez y alcanzar una altura a la que la representación española nunca ha llegado en un Mundial. Intuye que ha dado con un esqueleto poderoso para armar sobre él un equipo campeón y espera que a partir de hoy los jugadores que ha dirigido durante dos años encuentren el camino que les saque del laberinto táctico en que les ha metido de un mes y medio a esta parte, cuando decidió dirigir sus pasos hacia un 4-3-3 en el que buena parte de los jugadores no se sienten cómodos, según dicen en privado.

REVOLUCIONES AL MAXIMO Un esquema en el que no cabe Raúl de entrada, pero sí el barcelonista Xavi, ambos recuperados a toda pastilla de sus respectivas lesiones de ligamentos, y los dos sin capacidad probablemente de disputar los 90 minutos al máximo de revoluciones, según el propio técnico admitió ayer durante una distendida rueda de prensa, que resultó un verdadero festival de notas de humor a cargo del seleccionador.

"Yo no entro en la distinción entre jugones y músculo. Esas cosas me suenan a japonés y yo no sé leer japonés", dijo Aragonés para dar un rodeo en torno los motivos por los que se ha decidido finalmente por Xabi Alonso delante de la defensa en lugar de Albelda, acompañado por Senna y Xavi, aunque están bastante claros. "La condición física de base del contrario es superior a la nuestra y lo tenemos que contrarrestar con el toque. No es cuestión de que Albelda haya hecho algo mal o no", dijo poco después parar explicar una decisión que no ha dejado de sorprender.

Con la pareja Xabi Alonso-Xavi en el centro del campo, no hay sitio para Cesc, que hace unas semanas parecía estar por delante del barcelonista. Tampoco hay sitio en la formación titular para los extremos. Las bandas tendrán que ser ocupadas por Ramos y Pernía. Uno juega como central en su equipo y el otro acaba de llegar, pero ha mandado al banco a Antonio López.

Un equipo completamente nuevo si se le compara con el que debutó en Corea: sólo resisten Casillas, Puyol y Xavi. Y algo que no deja de llamar la atención: del primer partido dirigido por Luis como seleccionador, un amistoso contra Venezuela en agosto del 2004, únicamente Puyol es titular hoy. Con esos mimbres y la ración de fortuna indispensable, Aragonés espera dar el golpe, empezando por superar a Ucrania: "Una selección importantísima, físicamente muy potente y que juega a la contra extraordinariamente bien".

Pero la suerte no es más que un complemento para Aragonés. "A mí no me ha tocado nunca la lotería. La irlandesa ésa de los euromillones sí que tuvo culo, más que la pipera o castañera de la calle de la Montera con la Gran Vía", afirmó entre el jolgorio general el seleccionador, nada presionado en apariencia por el incierto episodio profesional que afronta.