Chris Horner se coronará mañana como el corredor más veterano que nunca jamás, desde que se inventaron las bicicletas y se crearon las carreras, gana una prueba de tres semanas. Y lo hará con el poderío y la superioridad que este sábado ha demostrado en El Angliru donde, sin apenas sentarse en cuestas increíbles, ha sentado a todos sus rivales, el más complicado, insistente y agresivo, sin duda, Vincenzo Nibali, que ha querido 'matar' y se ha quedado en el intento. Quizá, al margen de aplaudirse su decisión, con tan solo tres segundos de desventaja, 'El Tiburón' podría haber esperado al esprint final con el estadounidense para adjudicarse la prueba gracias a las bonificaciones.

En El Angliru triunfó un joven de 22 años llamado Kenny Elissonde, otro chaval surgido de una cantera francesa que aplasta a la española, porque en Francia existen equipos, y con plazas en sus filas, dan oportunidades a los jóvenes. En España, en cambio, hay más niebla que la que se ha visto esta tarde en la épica cumbre asturiana.

Horner, a sus 41 años, a punto de cumplir los 42, ganará hoy la Vuelta porque ha sido el mejor, y con diferencia, en la montaña. Lo que comenzó pareciendo una broma y casi un espejismo, primero en Galicia y luego en Andalucia, se ha convertido en una realidad, aunque posiblemente, al margen de la hazaña del estadounidense, a la ronda española le habría convenido más la victoria de un corredor más joven.

En El Angliru lo intentó Nibali, después de una extraordinaria estrategia de su equipo, el Astana, que colocó gregarios por delante. Joaquim 'Purito' Rodríguez cedió antes de tiempo y Alejandro Valverde, tercero, por detrás del escapado Elissonde y de Horner, suficiente hizo con defender la tercera plaza del podio (3, 2 y 1 sus posiciones en las tres últimas Vueltas que ha disputado). Horner, la edad no es un obstáculo, sucederá mañana a Alberto Contador, ausente de una carrera que lo necesitaba, en el palmarés de la ronda española.