No son camioneros, sino los conductores más rápidos del planeta, no se quejan del precio del carburante, pero denuncian el abusivo precio de la licencia para correr en F-1, la superlicencia. Los mejor clasificados pasarán de pagar 50.000 euros al año a 250.000, "muchos millones de pesetas, una exageración", según Fernando Alonso, que no dudará en "ir a la huelga no en el inminente Gran Premio de Francia, sino en el de Gran Bretaña, el 6 de julio si ese es el acuerdo de todos los pilotos".El único precedente es la carrera inaugural del Mundial de 1972, en Suráfrica, cuando se plantaron para exigir una serie de medidas a la FIA --entonces FISA--, muchas de ellas de seguridad. No participaron en los entrenamientos del viernes, pero llegaron a un acuerdo para disputar la carrera. Ahora vuelven a enfrentarse a la FIA.Hasta ahora, la

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