La secuencia fue recogida ayer incluso por programas como Deportes Cuatro. Un entrenador español iniciaba su presentación por un equipo japonés de baloncesto con una serie de frases (no un simple saludo) en el complicado idioma del país del sol naciente. El entrenador, por supuesto, es extremeño: Manuel Piti Hurtado.

La aventura nipona del cacereño le está reportando anécdotas como esta. En una cultura y un basket tan diferente, intenta adaptarse lo antes posible para dirigir con el mayor tino posible a los Levanga Hokkaido. De momento, ha mostrado gestos tan voluntaristas como imitar a Pep Guardiola en su presentación con el Bayern de Múnich, cuando habló en alemán con aparente fluidez.

"Me atreví a hablar un poco en japonés. Quiero poder comunicarme más adelante sin la ayuda sempiterna del inglés. No es fácil en cuanto a gramática, casi imposible en cuanto a escritura, pero la pronunciación en cuanto a sonidos me dicen que es mejor la de los españoles que la de los angloparlantes", comenta Hurtado en su página web (www.pitihurtado.com ).

Contento

De momento, ya ha iniciado los entrenamientos. A sus órdenes tendrá a un pívot norteamericano que ya conoce de su etapa como ayudante en el Cáceres CB, Jameel Watkins, que tuvo un contrato temporal al final de la campaña 2000-01.

Según afirma, sus ayudantes ahora son entrenadores japoneses con formación universitaria americana. "Eso me ayuda a la adaptación. Todo está en su sitio y ahora hay que entrenar sin descanso mientras poco a poco se incorporan los jugadores que están en la selección y los americanos. Hay mucho trabajo que hacer en la cancha", afirma.

Vive en Sapporo, una ciudad de dos millones de habitantes "muy tranquila". La temperatura es "ideal", pero el invierno se prevé duro. Situada en la isla norte del país, en el imaginario colectivo español es conocida porque allí, en 1972, ganó su medalla de oro olímpica Paquito Fernández Ochoa.

Hurtado relata que los periodistas más veteranos se acordaban del esquiador y que se le preguntó lo habitual en una rueda de prensa de este tipo (objetivos, estilo de juego del equipo...), pero también otros aspectos más inesperados ("mi comida favorita, mi estructura familiar y la edad de mis hijos"). En unos meses espera tener a su mujer, Mónica Guillén, y a los pequeños Manuel y Miguel como compañeros de los que define como la aventura de su vida.

Con el impulso de internet y las redes sociales, la historia puede seguirse casi en directo. Ha recibido muchas muestras de cariño en los últimos días. "A ver si haciendo las cosas bien aquí podemos devolver un poco de esas buenas palabras y deseos", apostilla.