Un soberbio Iker Romero comandó el buen debut de España en el Europeo de balonmano de Austria. De la mano del lateral (14 goles), los hombres de Valero Rivera superaron con autoridad a la República Checa (37-25). Hoy podrían confirmar su pase a la segunda fase si derrotan a Hungría (20.15 horas, Teledeporte), que ayer le arrancó un empate a la favorita Francia (29-29).

España cimentó su triunfo en los nueve últimos minutos de la primera mitad, con un parcial de 7-0. Hasta entonces, la inspiración de Iker, con 6 de los primeros 10 tantos, y su conexión con Víctor Tomás habían mantenido a la Roja a flote. El extremo se multiplicaba, porque en defensa intentaba frenar a Jicha.

El bombardero del Kiel (8 tantos) puso en el inicio en aprietos al marco de Hombrados. Sterbik, el portero húngaro-serbio que se estrenaba con España en una gran competición, se retiró a los tres minutos por problemas en el sóleo de la pierna izquierda. Si se confirma la rotura de fibras, se perdería el resto del torneo.

Hombrados cerró su meta tras el 10-10 y otro debutante, el joven Gurbindo, completó su gran puesta de largo al situar el 17-10 en el descanso. Con un Iker en estado de gracia (marcó sus ocho penaltis), en la segunda parte España se dedicó a ampliar su renta, que puede ser decisiva, en el caso de dobles empates, para dilucidar el pase a la segunda ronda.