Celebro que los clubs extremeños se modernicen, que cada vez funcionen mejor y que el producto lo vendan de forma cada vez más atractiva. Ello irá en beneficio de todos, sin duda, ya que la proyección exterior se traduce, generalmente, en un beneficio para la entidad.

El caso del Cacereño es singular. Durante la última semana nos han estado bombardeando con continuos comunicados de prensa, al estilo del Badajoz, que informa de todo, al menos de todo lo que les interesa. El Cacereño nos comunica, con antelación, cuál es su programación de entrenamientos. Insisto en que está bien eso de ponerse al día, sobre todo si se quiere recuperar una imagen pública que hace decenas de años se echa en falta, cuando el equipo arrastraba a mucho más público que actualmente.

Hace bien Félix Campo, un presidente más listo de lo que muchos pensábamos cuando llegó, en potenciar todo lo bueno que pueda proyectar el club, ahora que la entidad vive su mejor momento en muchos años, con un equipo enrachado e instalado en la primera posición, posición que pocos hubieran pronosticado. Le pongo un pero a Campo y a la persona que haya nombrado para esta función. Y yo creo que ha sido un fallo garrafal: si se ha puesto a alguien, nadie nos ha dicho ni quién es ni cuál será su función. Mal inicio para quien quiere vender algo.