Tan solo ocho días después de su proclamación como presidente del Madrid, Florentino Pérez ha vuelto a acaparar la atención de la Europa futbolística. Desde Inglaterra hasta Alemania, pasando por Italia y no digamos España, el nuevo dirigente blanco ha tocado todos los palos en su intento de devolver al club a la élite mundial y tratar de buscar un antídoto para el Barcelona. Uno de sus jugadores más deseados, Franck Ribéry, se permite el lujo de bromear sobre la identidad de Florentino. "¿Pérez? ¿Quién es?", respondió el jugador del Bayern Múnich cuando se le trasladó el interés del Real Madrid. Mientras tanto, Kaká pasó las pruebas médicas en Brasil.

Poco le importa si le acusan de reventar el mercado con fichajes como el de Kaká (65 millones de euros) o de aprovecharse de la crisis de algunos equipos para intentar llevarse a sus jugadores más valiosos, caso de Silva, Villa y Albiol, en un Valencia que arrastra una deuda superior a los 500 millones de euros. Nada parece detener a Florentino a la hora de revestir de oro al Madrid y volver a colocarle el cartel de galáctico.

Mientras Kaká superaba ayer en Recife las pruebas médicas que le realizó el doctor Hernández, jefe de los servicios médicos del club blanco, la maquinaria seguía en funcionamiento. Atado el jugador del Milan, el futbolista que prometió Ramón Calderón como arma electoral en el 2006 y que nunca llegó bajo sus mandato, Pérez y Valdano siguen con su particular mercado persa. Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Silva, Villa, Albiol.

GRAN PRESIDENTE Todos responden al deseo de Pérez de que lleguen los mejores del mundo y que el equipo se españolice. "Haremos seis o siete fichajes", dijo Pérez hace unos días en su sede electoral. El séptimo sería Ribéry, el centrocampista del Bayern Múnich, al que Pérez define como "uno de los mejores futbolistas del planeta". El jugador francés, que llegaría con el aval de Zidane, se permitió el lujo de bromear sobre quién era Pérez. Eso sí, luego se puso firmes. "Es un gran presidente que ha ganado mucho y que vuelve para cambiar muchas cosas", declaró Ribéry a la cadena de televisión francesa TF1.

El futbolista recordó que su situación no es fácil porque tiene contrato hasta el 2011. "Estoy cómodo en el Bayern y no me gusta plantear pulsos", añadió el jugador francés. Unas palabras que no preocupan en absoluto a Pérez. Tampoco le quita el sueño las declaraciones de Uli Hoennes, director general del club alemán, que asegura que por 50 millones de euros "no vendo ni una pierna de Ribéry", u otra más reciente aún en la que asegura que si Pérez está dispuesto a hablar con él "que coja un avión y venga por aquí".

HACERSE A LA IDEA Seguramente que no le quedará más remedio que hacerse a la idea de perder a su estrella, tal como deja entrever Franz Beckenbauer cuando asegura que "o renovamos a Ribéry o lo dejamos ir, aunque espero que se quede". Algo similar ha hecho ya Silvio Berlusconi en el caso de Kaká. El dueño del Milan ha cambiado de cromo y ha asegurado que "Ronaldinho será el faro que guíe al nuevo Milan".

No lo hará Kaká, convertido ya en la primera gran estrella del proyecto de Pérez. El jugador brasileño superó un exhaustivo reconocimiento médico que duró dos horas y media en una clínica de Recife, donde el ya madridista está concentrado con su selección para la Copa Confederaciones. A medianoche de ayer tenía previsto dar una rueda de prensa en la que iba a expresar su alegría por ser nuevo jugador del Real Madrid, pero eso ya todos los saben. No será el último en caer en las redes de un presidente insaciable cuando se trata de fichar a grandes estrellas. En el horizonte está una cifra: 300 millones de euros que sin duda activarán el mercado de fichajes veraniego.