El Diocesano obtuvo una meritoria victoria en la tarde de ayer en Vallecas al superar al Rayo Vallecano por 1-2. Por su parte, La Cruz Villanovense se mide hoy a partir de las 17.00 horas al Rayo Majadahonda lejos de su feudo.

En el partido disputado en Vallecas el Diocesano se encontró de primeras con un Rayo dominador que llevaba el peso del partido. Este dominio lo tradujo en el primer tanto en el minuto 11 en una jugada que nació por la banda y en una incursión de Machuca donde asistió al centro del área y Juanjo, en su intento de despejar, introdujo el cuero en el fondo de su propia portería.

El encuentro continuó con la misma tónica. No obstante, en el 25 el Diocesano dispuso de una clara oportunidad en las botas de Iván, que aprovechó un pase de Bella y su disparo cruzado fue interceptado por el portero.

A pesar del control de los locales, el partido no tendría más ocasiones destacadas hasta la llegada del descanso, que acabó siendo clave para el desarrollo final del partido y para la victoria cacereña.

Cambió radicalmente el escenario tras la reanudación, con un Diocesano mucho más enchufado. En el 50, un derribo de Iván dentro del área fue castigado con penalti a favor de los cacereños. El lanzamiento fue ejecutado por Javi González, pero el disparo fue parado por Montoya, hijo del mítico exportero del Extremadura Mono Montoya.

Sí llegaría el empate en el 61 gracias a una falta lanzada por Javi Bella que Ángel de Jorge mandaría al fondo de las mallas para poner las tablas a un partido que para entonces ya había cambiado mucho.

Estaba lanzado el Diocesano y en la recta final consiguió el tanto de la victoria, en el 82, en una acción que nació en un robo de Jaime en el centro del campo. Asistió a Marcos y éste, de vaselina, logró hacer el 1-2 para darle la vuelta al partido.

Todavía daría tiempo para que Javi Bella estampara el balón en el larguero en el 85. El empuje final de los madrileños para lograr el empate fue infructuoso.