Descolocados. Así dejó ayer a muchos el presidente del Arroyo, Juan Bermejo, un tipo que jamás será indiferente a nadie. Los partidarios de todas las opciones que se manejan para la presidencia de la Federación Extremeña de Fútbol se sorprendieron ayer con la posibilidad que abrió el empresario de ser el próximo máximo dirigente del fútbol regional.

Capaz de llamar a un periodista a primerísima hora de la mañana para recriminarle algún matiz de una información publicada; capaz de pagar antes de tiempo a sus jugadores; capaz de enfrentarse con el técnico de un equipo poderoso en plena rueda de prensa; capaz de mimar a sus jugadores hasta límites insospechados; capaz de destituir a un entrenador de un plumazo en un campo de fútbol; capaz de amagar con irse del Arroyo y luego volver con más fuerza; pero también muy capaz de ganarse el respeto del fútbol extremeño, cuyas distintas facciones le quieren como estrella mediática y de confianza en un contínuo y sorprendente auge.

De todo ello y de mucho más es capaz Juan Bermejo, un empresario hecho a sí mismo que un buen día, casi niño, fue capaz de trasladarse a Madrid para ganarse la vida y regresar a los 54 años a su pueblo "a disfrutar de los caballos y del fútbol".

Ayer sufrió una evolución horaria capaz de sorprender a todos. En noche anterior había sido protagonista estelar por el hecho de que su figura apareciera en la polémica reunión de clubs de Segunda B y Tercera en la que se llegó a proponer su nombre. Por la mañana, dijo a este periódico que "no se pueden presentar ninguno de los tres" porque tanto Monterde, como Plaza y como Rocha habían estado en directivas anteriores. Al mediodía, en declaraciones a Canal Extremadura Radio, dio la traca final al no descartar incluso presentarse él, aunque su prioridad, aclaró, seguía siendo su Arroyito .

Bermejo, el tipo afable, pero con arrebatos de fuerte carácter; Bermejo, el hombre diáfano; Bermejo, el hombre que alinea a sus jugadores para fotografiarles antes de los partidos... Bermejo, un factor sorpresa más. Lo de que se pueda presentar o no por cuestiones formales es otro debate que deberá aclararse. Pero, de momento, el empresario que ama el fútbol y los caballos ha trastocado a los candidatos de una manera tremenda.