Decimosexta en meta en la categoría sub-20 y primera española. Carla Arce Pereira ha regresado bien feliz del Europeo de cross disputado en Lisboa, donde se ha confirmado como una de las grandes esperanzas del atletismo extremeño. Nacida en Brasil pero criada en Villanueva de la Serena desde muy niña, es una chica jovial, habladora y que, sobre todo, tiene claro lo que quiere.

El suyo no es el recorrido típico de otros referentes del fondo de Extremadura, como Tere Urbina, Cristina Jordán, Sonia Bejarano o Tania Carretero. No se hartó a ganar carreras de niña. Corría y lo hacía razonablemente bien, pero hubo una época en la que hasta llegó a dejarlo.

«No me salía nada, pero volví porque era lo que me gustaba. Empecé a entrenar otra vez y... aquí estoy». «Aquí» es, casi de la noche a la mañana, el Mundial sub-20 de cross de hace unos meses y la reciente experiencia del Europeo lisboeta. «Ya tengo más ambiciones. La meta es estar adelante, a ver qué tal sale», suelta.

De Portugal ha regresado feliz. «El decimosexto puesto ha sido lo que quería. Es lo que me marqué con mi entrenador [Jesús Hidalgo]: entrar entre las 20 primeras. Quedar ahí adelante es muy difícil porque hay tías muy buenas. Entrenamos muy fuerte, pero ha terminado saliendo bien», analiza. El pasado 22 junio cumplió 19 años.

LA REVANCHA DE ALCOBENDAS / Esta temporada empezó rara. En Atapuerca firmó un quinto puesto que pudo saber a decepción. «Tuve problemas porque había obstáculos y eso venía bien para mi estilo. Tenía ritmo, pero acabé con la sensación de no haber corrido», recuerda. En el Cross de la Constitución, en Alcobendas, se tomó la revancha y aseguró ser seleccionada para el campeonato continental con una contundente victoria. «Allí gané porque el recorrido era más parecido a lo que había estado entrenando. Me sentí mucho mejor», destaca.

Esa victoria le abrió la puerta a una experiencia que define como «brutal», muy superior a la que vivió el pasado mes de marzo en el Mundial sub-20 de Dinamarca, cuando pasó bastante inadvertida con la 76ª posición. Era su primera experiencia de este calibre. «Es que esta vez he ido el doble de preparada», proclama. Y los resultados saltan a la vista: ninguna española acabó mejor que ella.

Carla Arce ha vuelto feliz de Lisboa también por la experiencia humana. Junto a María Forero, Maite Fernández, Andrea Romero, Elia Saura y Ángela Viciosa ha formado lo que han llamado «la piñita» en un inequívoco tono de complicidad. La rivalidad que tienen sobre el barro quedó aparcada durante unos días al enfudarse la equipación roja y gualda de España. «Hemos sido un equipo, muy unidas, unas pendientes de las otras. Muchas veces nos preguntan por si este deporte es muy individual, pero se equivocan por completo. Somos un equipo, y más cuando vas con una selección a nivel internacional», declara.

Quizás se esperaba algo más en la clasificación por equipos (octavas), pero por su parte el decimosexto lugar colma sus aspiraciones. Ahora le viene un desafío mucho más duro: cierra así su etapa sub-20 y se ve obligada a competir en sub-23 sobre una distancia más larga en cross. Pasa de 6 a 10 kilómetros, lo que le llevará a una adaptación rápida que le permita adquirir buenas bases. «Va a ser más complicado. Hay mucho más nivel contra atletas con muchas pruebas en las piernas», vaticina sin perder un optimismo aparentemente congénito. «Es cuestión de acostumbrarse, un reto nuevo».

LA PISTA Y LOS ESTUDIOS / Después llegará la temporada de pista, en la que todavía no ha encontrado una distancia en la que se sienta del todo a gusto. «Voy a empezar con el 3.000 que es lo que más me convalida para el cross. Intentaré hacer una buena marca. Creo que puedo bajar mucho de los 9 minutos y 56 segundos que logré el año pasado», dice.

¿Y la vida? ¿Qué tal le va? Continúa cursando el Bachillerato de Artes en el instituto Puerta de la Serena y el año que viene espera dar el salto a Madrid. «De momento, va todo aprobado. Compaginar los estudios y el deporte lo llevo bien. Es cuestión de organizarse. No entiendo a la gente que deja el deporte porque tiene que estudiar. Tenemos muchos vicios con el móvil. Cuando sabes lo que quieres, vas a organizarte lo mejor posible para que te dé tiempo a todo. Yo antes no sabía manejarlo, pero aprendes con las experiencias. Nunca he faltado a un entrenamiento por algún examen», concluye. La charla acaba: hay que salir a correr.