Conseguir con la selección absoluta los grandes éxitos que ha logrado en las categorías inferiores de la federación es su gran objetivo. Iñaki Sáez (Bilbao, 1943) ha llegado a la Eurocopa con el grupo con el que ha trabajado durante dos años y aspira a que su madurez quede reflejada en Portugal en forma de un papel sobresaliente.

--Con una Liga tan competitiva como la española es complicado que los jugadores lleguen frescos a una Eurocopa. --Lógicamente, los jugadores de los equipos que luchan hasta el final sufren un gran desgaste y no tienen demasiado tiempo para recuperar. Hay que distinguir, sin embargo, entre el cansancio físico y el psicológico. Puede ser más difícil recuperarse del cansancio psicológico a los que han salido derrotados, pero creo que los días de descanso han sido suficientes para que todo el mundo se dé cuenta de que ha habido un antes y un después.

--¿Le preocupa especialmente el caso de los jugadores del Real Madrid?--Me preocupa porque ha sido un palo para ellos, pero lo más importante es que aquí vivan y sepan distinguir que ese momento ya ha pasado y se ilusionen con el enorme reto que tenemos por delante.

--Asegura usted que, pese a las dificultades para la clasificación, la repesca ante Noruega ha hecho progresar a la selección como equipo. --Lo más grande que le puede pasar a una selección es que se convierta en un equipo, con todo lo que eso conlleva. Un equipo debe tener una calidad importante y, por otro lado, los jugadores tienen que ser compañeros. Jugar bien no significa hacerlo bien tú solo, sino que también lo haga tu compañero. Cuando se está construyendo un equipo, es importante el hecho de que esté formado por jugadores jóvenes, con una media de 24 años como la nuestra. Los resultados van determinando la confianza del grupo, la creencia en ellos mismos, lo que son capaces de hacer y superar. Pero lo que más confianza da es el primer resultado. Nos sacará a todos de dudas.

--Lo que nadie puede negar es que usted sabe dar una buena dosis de confianza a su gente. --Nos tenemos que fiar de lo que se está formando. Por nuestra filosofía, sabemos que esos jugadores que compiten a nivel internacional en categorías inferiores son los que mejor preparados están para hacerlo con posterioridad. Lo único que hemos hecho en estos dos años que llevo al frente de la absoluta es confiar un poco en esa gente. Algunos incluso no jugaban de titulares en sus equipos y a medida que han ido avanzando se han ido convirtiendo en indiscutibles en sus clubs. Es una línea que nos hemos marcado.

--En todo caso, usted prefiere que España no sea favorita. --Para nada. ¿De qué podemos ser favoritos si hace 40 años que no ganamos una Eurocopa, hace 20 que no llegamos a una final y hemos tenido que pasar una repesca contra Noruega para llegar aquí? Somos los menos indicados para tener ese cartel. Yo sé lo que es no salir como favorito en campeonatos de selecciones inferiores e ir creciendo durante el torneo. Eso es lo que espero de España, que vaya demostrando lo que es, vaya ganando enteros y vaya cubriendo tramos.

--¿A quién no quiere ver en el cruce de cuartos de final? --Francia es la favorita número uno por dos razones: primero porque tienen un gran conjunto y después porque el palo que se llevó en el Mundial le ha hecho recapacitar. Pero sólo con el nombre no se ganan los campeonatos y no hay que pensar nunca que por tu calidad vas a ganar un partido. Hay que correr y trabajar como el que más. Por lo tanto, lo lógico sería evitar ese encuentro si realmente se clasifica. El otro, Inglaterra, Croacia o Suiza, nos da igual porque será de nuestro nivel.

--¿La selección es una puerta para que Raúl dé salida a su carácter ganador? --Conociéndole, sé positivamente que se va a preparar a conciencia para este torneo. Una de las cosas que faltan en su palmarés es hacer algo relevante con España. Es el capitán de la selección, está alcanzando un gran nivel de forma y va a entregarse en todos los partidos que juegue. No debe existir ninguna duda por parte de nadie sobre su rendimiento. Aunque desde fuera se pueda decir que no está bien, que ha hecho una mala temporada, los que trabajan con él sí creen en él porque saben lo que es capaz de hacer. Da clases de ilusión, ambición y liderazgo. Siempre quiere más. Es un ejemplo y un referente de lo que debe ser un jugador moderno.

--¿No se sentirá usted más presionado por la polémica que ha levantado su renovación cuando no se sabe si Villar seguirá? --Estoy centrado al máximo en mi trabajo y ya he dicho que he renovado porque pensaba que era lo mejor para el grupo. Estoy absolutamente al margen de batallas electorales y creo que así lo han captado los jugadores y mis colaboradores. Voy a intentar superar todos los temas y no me voy a enfadar por nada. Quizá ésa sea la clave para superar la presión. Soy una persona que me exijo mucho y sé cuando tengo un tope. Esto es como ir subiendo una escalera con muchos peldaños, pero que te puede llevar muy arriba. Aunque no lo parezca, soy ambicioso y vanidoso, y me gusta que me halaguen. Pero si veo que tengo un límite del que no puedo pasar, haré mutis por el foro y no pasa nada. Lo dejaré.