El Plasencia Galco cosechó una nueva derrota ante el mejor equipo que ha pasado por el pabellón extremeño. El líder, Drac Inca, demostró el porqué de su situación en la tabla y además, con dos americanos, Stacey y Reynolds, que hicieron las delicias del aficionado.

Para los jerteños la derrota no fue lo peor. La grave lesión sufrida por Raheim Brown en un lance del juego en el último cuarto hace saltar las alarmas, presumiblemente con un desplazamiento de rótula. En cualquier caso, el concurso del pívot para los próximos choques se antoja imposible, por lo que la directiva de Antonio Martín Oncina tendrá que reunirse de urgencia y tomar una decisión al respecto.

El estadounidense fue trasladado por una ambulancia del 112 al hospital tras ser atendido por el médico y el fisio del club.

MUCHO MEJORES En cuanto a lo meramente deportivo, el Inca pasó como un auténtico vendaval, causando una inmejorable imagen como equipo y haciendo lo propio en la cancha. El primer cuarto comenzó con intercambio de canastas, si bien a medida que corrían los minutos la defensa local mostraba más fisuras y en ataque no estaba fino. Tras un 10-18, el entrenador local pedía tiempo muerto para subsanar errores antes del final del primer cuarto, que concluiría con un parcial de 15-23, con Stacey demoledor con 13 puntos y un dominio absoluto del juego.

Los baleares ya no perderían el dominio en el marcador, a pesar de que tras el inicio del segundo cuarto subiría un tanto el nivel defensivo y sobre todo la garra para ajustar el luminoso 26-29 (min. 15). Los placentinos se encontraban entonces más acertados de cara al aro rival.

Tras las instrucciones de José Luis Abós, la superioridad visitante de nuevo se hizo valer y la dupla americana, junto al alemán Jagla, dejaban el marcador en la primera parte en 31-41.

Tras la reanudación, los de Dani García aguataban a duras penas el envite rival, e incluso con más corazón que cabeza se situaban a tres (53-56) en los últimos instantes del tercer cuarto.

En el último periodo no hubo nada que hacer. Y, además, estuvo la desgracia de Brown. La solidez del incontestable líder hizo el resto para frustación de los placentinos y su afición.