El incendio provocado por Mourinho con sus críticas a los dirigentes del club por no defender al equipo ha puesto patas arriba al Real Madrid. La bomba de relojería que ha metido el técnico portugués en el club obligó ayer a Florentino Pérez a poner paz en la comida con las plantilla de fútbol y baloncesto. Tras el almuerzo, el presidente habló con Mou y escuchó su larga lista de peticiones, entre ellas la que entiende como escasa aportación de Jorge Valdano a la defensa de los intereses de la entidad.

El entrenador del Madrid ha gozado desde el primer día del mando en todas las estructuras del club. No quiere saber nada de Valdano, al que reprocha su tibieza a la hora de calificar a Clos Gómez, árbitro del Real Madrid-Sevilla, o que se desmarcase cuando le preguntaron por el ´11´ que se pone Mourinho en sus notas del 2010 y que remitiera a la cantera cuando el técnico habló de fichar un recambio para el lesionado Higuaín.

VALDANO, NINGUNEADO "Tenemos un club, un organigrama y quiero que la gente defienda a mi equipo, no solo yo", declaró el domingo Mourinho. Fue un mensaje directo a Valdano.

Metido de lleno en su papel, el luso escenifica cualquier situación hasta decantarla de su lado. "Tengo que pedir una reunión urgente con el presidente, que es mi superior", explicó el domingo el técnico, que dejaba claro que Valdano no le vale como interlocutor.

La redacción a toda prisa una lista con los 13 errores del árbitro para que lo esgrimiera su entrenador crea un precedente impropio en la historia de un club con tanta trascendencia y universalidad.

TENSION EN LA MESA Una vez más, Mourinho demostró el domingo que domina los tiempos. Sabía que al día siguiente se encontraría cara a cara con Florentino y Valdano en la comida de Navidad con las plantillas de fútbol y baloncesto. Y allí estaba, en la mesa presidencial, al lado de Florentino y Messina, entrenador del equipo de baloncesto. Enfrente estaba Valdano, flanqueado por los vicepresidentes Fernández Tapias y Fernández de Blas. Casillas y Felipe Reyes, capitanes de las plantillas de fútbol y baloncesto, y Emiliano y Di Stéfano, presidentes de honor de las secciones, también estaban.

Cuentan que hubo muchas sonrisas cara a la galería y un mensaje de unidad de Florentino en medio de la tormenta. El menú estaba compuesto por ensalada de bogavante del cantábrico y colas de cangrejo con bacon crujiente, faisán a las uvas con cebolletas glaseadas y, de postre, fruta natural y lágrimas de chocolate con salsa de frambuesa. Luego los compromisos solidarios repartieron a jugadores y técnicos por varios hospitales de Madrid. Eso no impidió que Florentino atendiera las peticiones de Mourinho, a la vez que le pedía calma.

EL PARAGUAS No se sabe el papel que tuvo Valdano en esa entente . De momento, el director general deportivo no se plantea cambiar su discurso por las exigencias de Mourinho. De momento, no ha respondido públicamente al portugués. Tampoco el presidente ha pedido la cabeza del argentino.

En esa defensa al equipo que exige el técnico portugués a su presidente y al director general planea la queja permanente por las supuestas ayudas arbitrales al Barcelona. Mourinho denuncia un complot y exige al presidente que lo arrope en este nuevo frente abierto del entrenador, uno más tras su llegada el pasado verano.