Alejandro Valverde (Caisse D´Epargne) hizo bueno el pronóstico en un final al esprint en ligera subida y se vistió con el maillot oro de la Vuelta al imponerse por clase y velocidad en la segunda etapa entre Granada y Jaén, de 176 kilómetros, en la que repitió la jugada del pasado Tour, cuando estrenó el amarillo en Plumelec, en la jornada inaugural.

Ante la mirada de su familia al completó, con sus gemelos, Iván y Alejandro en primera fila, Valverde ganó por poderío, por empuje, ratificando que no tiene rival cuando la carrera se resuelve al esprint y en ligero ascenso. Una lección de Valverde, ya con 12 victorias en la presente temporada, con la Lieja-Bastoña, la Clásica de San Sebastián, la Dauphiné y el campeonato de España entre ellas.

El murciano entró con suficiencia en la meta de la capital mundial del aceite de oliva, dos segundos por delante de los italianos Davide Rebellin (Gerolsteiner) y Alessandro Ballan (Lampre), con un tiempo de 4h.22:58. Así remató el ataque final de su compañero "Purito" Rodríguez, que desfondo con un ataque al Liquigas de Pozzato a un kilómetro del final. Les obligó a perseguir a Valverde cuando ya no había solución. Maniobra de sombrerazo.

El espectáculo de Valverde se completó con la subida al podio para enfundarse el maillot oro. Los 20 segundos de bonificación le permiten encabezar la Vuelta con 13 segundos sobre los italianos Filippo Pozzato y Daniele Bennati. La cuarta plaza es de Egoi Martínez y la quinta de su compañero del Euskaltel Iñigo Landaluze.

Del resto de favoritos, pocas noticias. Carlos Sastre (CSC) ocupa el puesto 21 a 24 segundos de Valverde y Alberto Contador (Astana) el 31 tres segundos después. Diferencias cortas, "pero de las que motivan", como señaló Eusebio Unzue, director del Caisse D´Epargne.

DIA DE ESTRENOS. La primera escapada de la Vuelta la protagonizaron desde la salida Jesús Rosendo (Andalucía), farolillo rojo de la pasada edición, Egoi Martínez (Euskaltel), ganador de etapa en la Vuelta´06, Mijail Ignatiev (Tinkoff), la esperanza del ciclismo ruso, oro en puntuación en los Juegos de Atenas y bronce reciente en Pekín y el francés Cyril Lemoine (Credit Agricole).

Un grupo animoso que nada más abandonar Granada se adentró en la autovía durante 30 kilómetros camino de Jaén, en busca de los paisajes geométricos que imponen los olivos. El cuarteto coronó el Puerto de Huelma (3), única dificultad de la jornada, con 4 minutos de ventaja sobre un pelotón controlado en todo momento por el Liquigas de Pozzato, a cuyo rebufo se refugiaban del calor los favoritos. Rosendo coronó al frente y tuvo premio: el de estrenar el jersey de la montaña.

Egoi Martínez decidió triturar rivales a 45 kilómetros de meta, en la entrada del primer paso por la capital jienense. Acelerón y Lemoine e Ignatiev fuera de combate, pero Rosendo se enganchó a la rueda del navarro, que tenía la ilusión de hacerse la foto con el maillot oro. Nada, no lo pudo estrenar. El pelotón se echó encima con el aviso previo de Flecha, Pasamontes y Gárate, que finiquitaron la fuga. Los efímeros héroes reventaron como el lagarto de Jaén, que se zampó, según la leyenda local, un cordero relleno de fuego de un solo bocado.

Fuego caía en la hora de la verdad. Lo intentaron Popovych y Nuyens, pero el guión estaba escrito. Se acabaron las bromas a 4 kilómetros de meta. El Liquigas de puso al frente, pero no esperaban el ataque de Purito, que descolocó a la escuadra italiana. Fueron a por el, pero apareció Balaverde para dar la puntilla. No falló el murciano. "Increíble ganar con mi familia delante. Objetivo cumplido". Valverde no cabía de gozo en su prenda dorada. "Ha sido increíble. Estoy contentísimo", dijo el corredor español, que había llegado a la Vuelta con dudas sobre el rendimiento que podía ofrecer después de una temporada muy larga.