A Inés María Pérez Flores, presidenta del Sporting Villanueva Promesas desde febrero del 2009, no le gusta el protagonismo ni sentarse en el palco. Prueba de lo primero es que en la web del club --el único de los extremeños que sigue luchando por subir a Segunda División B-- continúa el saludo del anterior presidente, su padre, José María Pérez Hurtado, del que heredó el cargo. En cuanto a lo segundo, ella sigue disfrutando de su equipo desde su sitio de siempre, junto a sus amigos, fuera del palco, desde donde el sábado (18.00 horas) verá el partido de vuelta de la segunda eliminatoria por el ascenso ante el Racing B.

"En casa nada de palco", dice la protagonista, que cuenta que el pasado sábado sí tuvo que ocupar ese lugar de privilegio en El Sardinero. "Estuve todo el partido muy nerviosa", confiesa, "porque en el palco no te puedes desahogar, no se pueden mostrar los sentimientos como se hace en la grada".

La eliminatoria está bien encarrilada para el grupo de Angel Alcázar (el 1-2 de la ida hace ser optimista a un equipo que desde el 23 de enero no cede ni tan siquiera un empate en su estadio), aunque Inés, que parece conservar parte de los nervios de El Sardinero, prefiere ser precavida. "No nos podemos confiar, es lo peor que puede pasarnos aunque el resultado sea bueno", explica, pues reconoce que el Racing B es un buen equipo que les puede plantar cara en el Municipal de Villanueva del Fresno.

´Superar al maestro´

Cuando en febrero del 2009 José María Pérez Hurtado se hizo a un lado para ceder la presidencia a su hija, el Sporting Villanueva estaba sumido en puestos de descenso. Su llegada, parece, fue mano de santo. Aquella temporada (2008-09) el club salvó los muebles, a la siguiente (2009-10) fue el equipo revelación, aunque no se pudo meter en play off (6º) y está, con unos objetivos iniciales muy, muy ambiciosos ("luchar por el ascenso"), han acabado segundos, aunque Inés reconoce tener "una espinita: el primer puesto se nos ha escapado por un punto y, aunque ser segundos es muy bueno para afrontar la fase de ascenso, ser los primeros da gran ventaja para subir".

De momento, ella, alumna aventajada que mañana cumple ¡22 años!, ha superado al maestro, su padre, un empresario de éxito, alma máter de un club en el que los aficionados no pagan, que en la temporada 2005-06 llevó al club a la fase de ascenso por vez primera.

"Esto ha sido un trabajo de todos, porque detrás de todo esto hay mucha gente que ha trabajado muchísimo y para ellos, y para mí, estar en la segunda ronda de la fase de ascenso es un premio", relata Inés, que el sábado volverá a gritar y animar desde la grada a su equipo, como hará todo el pueblo, "que está viviendo con gran entusiasmo esta fase de ascenso".