A las puertas del regreso de la Liga de Campeones, el Valencia-Atlético era un duelo directo por la próxima competición continental y el empate deja a todos insatisfechos, a los de Celades un poco más lejos de los cuatro primeros puestos y a los de Simeone con dudas renovadas.

La importancia del partido y la entidad del rival propició un inicio conservador de los dos equipos. El choque de fuerzas se antojaba igualado, sin regateadores diferenciales, sin situaciones de ventaja para los atacantes, pero apareció la efectividad y el Atlético se fue al descanso ganando con cierta justicia. La segunda parte fue de crecimiento constante e imparable de un Valencia que encontró en Ferrán Torres a su elemento diferencia y en el balón parado el camino al gol, pero no culminó la doble remontada.

Los onces fueron todo los titulares que permitieron las bajas. Simeone repitió esquema, con Llorente como cobertura en la banda para que un Koke desplazado al medio pudiera ejercer el mando. Sin más centrales sanos, Mangala fue titular en un Valencia sin Rodrigo Moreno, con Guedes y Maxi Gómez en un ataque al que la presión rojiblanca no dejó que llegaran balones.

Error y gol

Buscó el ataque con más intención el Atlético, con más presencia en campo rival y con más efectivos para buscar lo que encontró: un despeje desafortunado de Gayá, una ventaja para Correa y Vitolo, y un centro que, tras el rechace de Paulista, le llegó en el área pequeña a un Llorente que remató como el delantero de área que no tenía su equipo.

La presión del Atlético bajó más metros que intensidad tras el gol, con el foco puesto en torpedear la labor de Parejo. El crecimiento del Valencia en el partido fue lento y parsimonioso, en constante frustración cada vez que llegaba al borde del área rival, pero seguro.

Camino al descanso llegaron los mejores minutos de los de Celades, sustentados en el sufrimiento constante del Atlético a balón parado. Así llegaron las mejores ocasiones del Valencia y el empate de Gabriel Paulista, que remató en el corazón del área pequeña una segunda jugada tras un córner.

La alegría en Mestalla duró dos minutos, lo que tardó Parejo en perder un balón disputado con Thomas y, ante la complacencia de los centrales valencianistas, el ghanés enganchó un disparo seco y fuerte, pegado el poste de Jaume, para volver a poner por delante a su equipo.

Superioridad valencianista

El segundo tiempo empezó con la confirmación de la superioridad de Ferrán Torres sobre Lodi, el elemento diferencial a favor del Valencia, y Simeone señaló rápido al brasileño con un cambio por Vrsaljko. Aún así, los de Celades siguieron explotando la herida de los rojiblancos en los balones parados. El Valencia volvió a empatar con un centro, ahora de una falta, que remató Kondogbia con la planta del pie, mientras se caía, ante la pasividad de Oblak y la defensa.

Thomas intentó volver a responder con un disparo lejano, pero no pudo frenar lo que ya se podía considerar una avalancha valencianista. Entraron Morata y Carrasco, y Simeone colocó a Saúl en el lateral para intentar frenar sin éxito la sangría. La superioridad del Valencia se convirtió en manifiesta, con robos constantes y con Ferrán Torres en modo de exhibición. El canterano del Valencia le regaló dos balones de gol, a Gameiro y a Maxi, pero no hubo más goles.