El mercado de incorporaciones de invierno, cerrado a las doce de la noche del jueves, resultó mucho más movido de lo que podía pensarse en principio para los equipos extremeños de Segunda B. Dos de los tres realizaron incorporaciones (cuatro en total, dos del Villanovense y dos del Arroyo), mientras que el tercero de ellos, el Cacereño, se distinguió más por las salidas, que ascendieron a cuatro.

Siempre ocurre más o menos lo mismo. Los clubs se muestran reticentes, al menos a nivel público, a la hora de hacer movimientos en sus plantillas, pero siempre acaba produciéndose algún retoque, más o menos obligado.

En el caso del Arroyo, esa obligatoriedad fue la marcha por motivos personales de Sergio Castillo --un defensa titular-- al Ucam Murcia, así como el adiós del tercer portero, Alvaro Ratón, con destino al Algeciras. Juan Marrero aprovechó para incorporar a un futbolista más de campo y se aseguró a Jesús Alfaro, un centrocampista, y al defensa David Garrido, que curiosamente fue un fichaje invernal del Villanovense hace un año.

Los serones también se han mostrado especialmente activos este enero. Han soltado lastre con jugadores que no estaban cuajando en los esquemas de Pedro Sánchez de la Nieta: Davilillo (que no cambia de grupo al encontrar hueco en el Lucena), Alvaro Valdés (Cultural Leonesa) y Mario. Sus lugares han sido ocupados por un defensa experimentado como Tomás Jiménez --ex del Cacereño-- y el punta uruguayo Facundo Granja.

ADIOS A CUATRO En el Cacereño la operación salida ha sido importante, pero eso no se ha visto compensado con fichajes. Su técnico, Julio Cobos, se ha mostrado reticente con las posibilidades que se le han ofrecido y ha dicho que no le importará tirar de la cantera para resolver problemas. Además, de los cuatro jugadores que se le han marchado, solo uno de ellos entraba con cierta asiduidad en sus planes, Juan Gabriel Jaraíz, y ni siquiera era titular.

Privat, con ficha del filial, fue el primero en irse. Le siguieron Manolo (al Coria) y el propio Jaraíz (al Don Benito). Rafa Gómez, enfrentado con el club y que hacía tiempo que no entraba en ninguna convocatoria, fue colocado a última hora en la UD Badajoz. Mucho más dañino hubiesen resultado las marchas de Gonzalo Llerena --que llegó a entrenar con el Betis B, pero que luego vio rescindido su contrato--, Toni --único lateral izquierdo de la plantilla con una seria oferta del Nástic de Tarragona-- y el capitán Rubén Palero, que finalmente no alcanzó un acuerdo con el club inglés que, según se aseguró, le pretendía.