"No hace falta ni que lo preguntes". El entrenador de la Asociación Deportiva Rethaise, el club de Saint Martín de Ré, no tenía dudas. "Pregunta, pero te van a decir Iniesta". Pero aún así lo hicieron. Acudieron un par de periodistas a preguntar a los niños del equipo cuál era su jugador preferido. La respuesta, no por habitual, dejó de ser contundente. Uno tras otro, el nombre de "Iniesta" se iba repitiendo. Así desde el inicio al fin de esa improvisada encuesta televisiva en la grada del hogar de la Roja durante las dos próximas semanas. Al menos. Había más camisetas del capitán azulgrana, ya fuera con la zamarra del Barça o con la de España, que de ningún otro futbolista. Si España continúa en la Eurocopa defendiendo su corona, no se moverá de esta isla llena de calma y paz. Tranquilidad interrumpida en el primer y único entrenamiento de la selección de Vicente del Bosque con las puertas abiertas.

En una Eurocopa presidida por el miedo y el temor a algún atentado, España vive en un paraíso. Mirando el mar. Disfrutando de un clima idílico, protegida, en todo momento, por unas extraordinarias medidas de seguridad. "Llevamos muchos polícias, están cuidando en todo momento de nosotros", contó Koke. A la entrada del recinto donde se entrenó España no solo estaban miembros de la Gendarmeria francesa sino un grupo de guardias civiles españoles. "Estamos muy seguros, es increíble como está trabajando Francia el tema de la seguridad", apuntó Morata.

España se ha recluido en la isla de Ré, conectada a Francia por un imponente puente.