Parte de la afición del Cacereño abandonó el estadio Príncipe Felipe mucho antes de consumarse la derrota ante el Jerez. Los hinchas radicales rompieron una pancarta en la que responsabilizaban al entrenador y director deportivo, Ismael Díaz, de la nefasta temporada. El propio técnico asturiano estuvo a punto de romper a llorar en la rueda de prensa posterior al choque. Precisamente Díaz es el señalado como principal culpable de la coyuntura y así se lo hicieron ver los aficionados una jornada más.

Los ejemplos del domingo han sido un referente inexcusable del estado catatónico por el que atraviesa el Cacereño, a un punto de descender a Tercera División. Ayer no se hablaba de otra cosa en la calle. "Toda la gente está indignada", dijo un significado exdirectivo, portavoz anónimo de una masa mayoritariamente descontenta con el desenlace de la temporada.

Mientras, este diario intentó durante todo el día, sin éxito, contactar con el presidente, Félix Campo, para que éste hablara de la crisis del Cacereño, acrecentada con las últimas derrotas y la sensación de inestabilidad que trasciende de la entidad. Las dudas sobre su continuidad o no la próxima temporada se han acrecentado en las últimas horas, aunque la posibilidad de vender sus acciones es, hoy por hoy, una entelequia.

VATICINIO CUMPLIDO "Ya lo dije hace dos meses; se están cumpliendo mis pronósticos", recordó ayer Juan Ojalvo. El vicepresidente cacereño de Félix Campo, presidente del club, no quiso incidir en sus manifestaciones para no crear más problemas en el club, aunque tampoco pudo disimular su disgusto. En su negro vaticinio, Ojalvo culpó entonces a Díaz, entrenador al que avaló para su llegada al Cacereño en la pasada temporada, y le achachó su mala planificación como director deportivo.

El propio técnico, acusado por todos como responsable máximo del inminente descenso --nadie cree ya que el Cacereño gane los tres partidos que restan y el Betis B pierda en todos--, evidenció ayer su malestar por la situación que vive el equipo y el club en general, personificándolo en él mismo y en Félix Campo.

LADRONES Y ASESINOS "En esta ciudad se nos ha acusado de ladrones y asesinos", dijo en la Ser, sobre el trato que se les está dispensando desde distintos sectores. Al mismo tiempo, Díaz emplazó a que se le preguntase al propio Félix Campo si éste está dispuesto a seguir en el club, con lo que dejó abierto el interrogante sobre la continuidad del empresario salmantino.

Mientras tanto, Luis Arroyo, uno de los escasos accionistas del Cacereño, volvió a levantar su voz crítica sobre la situación por la que pasa el club. "Para mí, el principal culpable es el presidente, antes que el entrenador. Si hubiera sido un presidente como es debido", añadió Arroyo, "hubiera fichado a otros jugadores en diciembre, cuando hacía falta y se veía que el equipo no tiraba para adelante".

El exdirectivo también ha sido uno de los adivinos en la crítica situación deportiva. Arroyo también puso el ejemplo del Jerez, último verdugo del Cacereño, "un club con mucho menos presupuesto, que está donde está". Arroyo informó que, de momento, se ha desvanecido la opción de crear una nueva entidad.