El conflicto que se originó en la final del Mundial de Alemania entre Italia y Francia --entre Materazzi y Zidane, para ser precisos-- está lejos de cerrarse y ninguno de los dos países tiende la mano para sellar la paz. Italia, el campeón hace un año, no tuvo siquiera el gesto de tender la mano en una noche emotiva, con el homenaje a Luciano Pavarotti.

El público pitó con saña el himno francés y Materazzi echó más leña al fuego. El defensa, lesionado, estuvo en la gradas. Sentado en la tribuna, también quiso provocar al rival. Si en Berlín desató la ira de Zidane al insultar a la hermana del excapitán francés, ayer no tuvo otra ocurrencia que ponerse una camiseta con la leyenda I love París ("Amo París").

La pugna que mantienen por clasificarse para la Eurocopa (Escocia anda en la pelea) y evitar un fracaso mayúsculo no ayuda a la concordia. En un duelo sin apenas ocasiones de gol (0-0), Thierry Henry fue de los más destacados.

Inglaterra tendrá una cita clave ante Rusia. Esa, y no el de ayer ante Israel (3-0), es el gran reto de los pross . Inglaterra no acusó las bajas (Beckham, Lampard y Rooney) porque encarriló pronto el marcador con un gol de Wright-Philips (m. 28) y sentenció el duelo gracias a Owen (m. 49) y Micah Richards (m. 66). Inglaterra y Rusia pelearán por la segunda plaza, ya que Croacia no cede el liderato.

A los tres goles que lleva en la Liga con el Madrid, Wesley Sneijder anadió otro con Holanda anoche frente a Bulgaria, en un partido arbitrado por el español Medina Cantalejo (2-0).

El esfuerzo de Javier Clemente de viajar a Belgrado en coche con cuatro costillas rotas no tuvo la merecida recompensa de los internacionales serbios. Sus jugadores fueron incapaces de aliviar su dolor y no pasaron del 0-0 ante Finlandia.