La dirección deportiva del Extremadura ya tiene elegido el cromo que quiere para sustituir la baja de Salva. Y el nombre es un viejo y reciente conocido: Iván Moya. La roca malagueña le habría dado el 'sí quiero' a la entidad en la noche de ayer para regresar a Almendralejo, apenas ocho meses después.

Aunque no es oficial, según puede avanzar este diario las dos partes han dado el visto bueno a la operación. El Extremadura, y más concretamente Juan Marrero, le conoce bien de haberle entrenado en el Arroyo y sabe de sus virtudes como pivote defensivo. Iván solo fue jugador azulgrana durante un mes.

El pasado año, cuando Pozo se lesionó en Galicia, el Extremadura lo firmó solo para el playoff de ascenso. Hubiese renovado en caso de ascenso, pero esto no se produjo. Y Moya cogió las maletas rumbo al Europa FC de Gibraltar, donde ha estado jugando. Ahora se le abre la opción sacarse la espina clavada por el no ascenso del pasado verano.

Su perfil es justo lo que buscaba el Extremadura: un jugador cuyo puesto natural sea el de pivote defensivo, pero que pueda hacer las veces de central. Es un futbolista numantino, potente y aguerrido, que ofrece equilibrio en la medular. Su juego aéreo y su experiencia en superior categoría le convierten en un fichaje de campanillas.

Es posible que, en caso de concretarse el fichaje, no pueda debutar aún el domingo en Valdivia. El Extremadura necesita efectivos, pues el defensa Tomillo, con otra lesión muscular, es baja durante el próximo mes de competición. Incluso Pozo, que acaba de recibir el alta médica, entraría en la convocatoria. Están fuera el lesionado Lolo Guerrero y el sancionado Ruano.

Todavía no han llegado las licencias de los dos guineanos, Mayé y Cielo. Además, los argentinos a prueba están convenciendo y cuentan con serias opciones de quedarse. Dylan Rossatto y Nico Fittaioli se están mostrando competitivos y podrían ganarse dos plazas sub-23.