Jacinto Carbajal Massó (Cáceres, 30-12-1980) vive una situación inédita en su ya dilatada carrera en los banquillos del baloncesto femenino: dirige a un equipo, el Alter Enersun Al-QázeresExtremadura, que tiene que estar confinado por un caso de covid-19 detectado hace unos días. Los partidos ante Pajariel Bembibre y Spar Citylift Girona han quedado aplazados, por lo que hasta el día 27 de noviembre no volverá (supuestamente) a las pistas contra el Durán Ensino deLugo.

¿Le viene bien o mal como equipo esta situación?

El hecho de dejar de entrenar y parar una serie de días es totalmente negativo para un equipo. Está la incógnita de saber cómo vamos a recuperar estos partidos que vamos a dejar de jugar ahora contra Bembibre y Girona. Seguramente se comprima de nuevo el calendario. Cuando eso ocurrió, no nos benefició. Cuando haya un maratón de partidos, con dos en una semana, puede ocurrir lo mismo. Esta situación es, de todas-todas, mala. Tengo una sensación de impotencia porque nos gustaría estar entrenando y no podemos.

Está siendo una competición extraña por el coronavirus...

Habíamos tenido coqueteos con el tema del covid, pero sin afectarnos directamente a nosotros. Nos pasó en el partido del Araski y en el de Zamora, pero no nos habíamos visto en un caso propio. Pero ahora nos hemos convertido en el segundo equipo que se ha visto confinado después de Casademont Zaragoza, porque los otros casos se habían resuelto con falsos positivos o algo similar. Tendremos que retomar la actividad lo mejor posible.

¿Qué se les ha dicho a las jugadoras en esta tesitura?

Llevo desde septiembre hablando con nuestro preparador físico, Álvaro Sevilla, de que esta posibilidad existía y que había que estar listos para ello. Estamos haciendo sesiones vía la aplicación Zoom mañana y tarde intentando que las jugadoras pierdan el menor todo físico posible, con entrenamientos de fuerza, aeróbicos... Les hemos repartido material para que lo cumplan. Es lo que puedes hacer.

¿Qué balance hace de lo que va de competición? Han ganado a dos rivales teóricamente superiores como Araski e IDK, pero han perdido contra los de abajo...

La situación es la que es. Hemos ganado dos partidos que, si hubiesen sido ante otros equipos, la sensación fuese un poco diferente. Nos falta un triunfo más y con eso estaríamos más tranquilas. Pero sí es cierto que el equipo ha ido cogiendo mejor tono y, a excepción del día de Valencia, en concreto frente a Zaragoza y La Laguna, está mostrando un buen tono. Se nos escaparon en los últimos minutos. La mejoría yo creo que está ahí.

Llegan unos partidos importantes, sobre todo el de Bemibre.

Sí. Y los afrontábamos con muchas ganas. De ellos, tres son en casa con Bembibre, Lugo y La Seu, y nos quedaba salir a Girona y Logroño para completar la primera vuelta. Podemos sumar alguna victoria. Esto ha sido un contratiempo grande, pero es así y hay que estar bien cuando regresemos.

Su lamento habitual es que a la plantilla le falta experiencia...

Es que eso se tiene o no se tiene. Con el presupuesto que tenemos, no aspiramos a un tipo de jugadoras con experiencia, sino más bien a las que no la tienen y vienen aquí a cogerla. Eso es un peaje de conocer la propia liga y cómo competir todos los días. Trabajamos cada día para acortar esos peajes.

¿Cómo se está sintiendo en su regreso a Cáceres?

La vorágine, al menos la mía, es de mucho trabajo, de estar pensando en el equipo, en el siguiente partido, y encima este año es todo muy acelerado. No tengo tiempo para demasiada reflexión más allá de intentar mejorar y sacar más rendimiento a la plantilla. Ya tendré tiempo en el futuro para evaluar y de cómo está siendo la decisión de volver.