"Siempre intento ser positiva en todo lo que hago, también fuera de la pista". Jara Salgado Naranjo (Cáceres, 10-6-87) es mucho más que la escolta titular del Al-Qazeres, equipo extremeño de la Liga Femenina 2 que protagonizó una espectacular remontada el pasado sábado ante el Arxil (86-79), con un parcial de 22-1 en los últimos cuatro minutos.

Salgado lideró la reacción a golpe de espíritu combativo, de no rendirse ante un partido que parecía perdido. Sus números no fueron los mejores (14 puntos, 8 rebotes, 2 robos de balón), pero su actitud en la cancha contagió a sus compañeras con su hiperactividad, como ha hecho tantas veces, a un triunfo que ha situado al equipo segundo en la tabla.

La baloncestista dice vivir su mejor campaña, tras 8 años en la plaza cacereña en la segunda categoría del basket, las primeras siete en el antiguo Femenino Cáceres. "Estoy más centrada en el equipo, tengo más responsabilidad y confío más en mi juego. Sí, es mi mejor año", dice.

Y es que la propia jugadora tiene un factor a favor: la ha venido muy bien no estar en un club que, como el anterior, ha estado dirigido por su propia familia, lo que la ha liberado de presión. Ella lo asume con naturalidad. Sin embargo, la clave real es otra. "Hay muy buen rollo en el grupo", apunta.

Salgado tiene alma de entrenadora. Con la carrera de Magisterio por Educación Física terminada (ahora le tocará prepararse oposiciones), su tiempo libre lo dedica, entre otras cosas, como aprender inglés, a llevar un equipo de minibasket del San Antonio. "Me gusta mucho", dice, viéndose en el futuro como entrenadora. Se relaja cuando dice que espera que el técnico, Jacinto Carbajal, siga "muchos años", pero al mismo tiempo reconoce que tiene verdadera vocación.

Otra de las claves de su gran año está en el espíritu de otras jugadoras, como la base Carla Do Nascimento , también indispensable en el buen rendimiento del grupo. "Somos las dos muy positivas y puede que contagiemos", añade. Así es Jara, una chica risueña, decidida, firme en sus convicciones.