Los trillizos del liderato llegaron a ser cuatro a mediodía del domingo tras ganar el Cerro de Reyes ante el Sanvicenteño. Pero tras la fría mañana, en la jornada vespertina sólo el Don Benito de Agustín Izquierdo aguantó el tirón del Indurain Cerro y subió el puerto de montaña ganando al Olivenza por 3-0 y poniéndose el maillot amarillo en solitario. ¿Alguien cuestiona ahora al exjugador del Badajoz?
El Villanovense y el Cacereño tuvieron dos pájaras ante rivales de mucha fuerza y se quedaron rezagados. Los serones empataron a uno en el difícil campo del Jerez y los verdes pusieron verde al árbitro y cayeron en el derbi ante el Plasencia por 0-1. Según las crónicas periodísticas, el árbitro Jaramillo Portero hizo una faena al portero del Cacereño pitándole un penalti que no era y expulsándole. Así cuenta la historia que Javier Domingo amargó el domingo a los de Fran Nacarino.
Los hechos sucedieron a las cinco y diez minutos del día de autos cuando el meta con nombre de circuito de autos, Imola, tenía el esférico en su poder y le molestó que Juanjo fuera a molestarle. Entre molestia y molestia, el cancerbero empujó al delantero pero no crean que fue un empujón de Tyson en el ring, sino uno de esos que no dejan secuelas, un leve toque de reproche bastante reprochable con el balón en juego y con lo tiquis miquis que están estos árbitros de hoy en día... Pero Jaramillo Portero vio al portero hacer algo feo, dejó seguir y después pensó en pedir el comodín del auxiliar, ahora árbitro asistente --el que lleva el banderín-- y tras charla, reflexión y melé de jugadores protestando señaló el punto fatídico con bastante retardo ante la indignación popular consiguiente.
Esta acción quitó protagonismo al resto de la jornada en la que cabe destacar la brecha que se abre entre los cuatro de cabeza y el resto. Dos aguantan el tirón y están a menos de dos partidos, cifra razonable, casos del Plasencia, Díter Zafra y Jerez. Pero tras el séptimo puesto, la tabla se resquebraja con el Sporting Villanueva a nueve puntos, y Badajoz, Moralo y Valdelacalzada a diez. El Pueblonuevo se desinfla y el Imperio deja de inflarse.
