A Javier Bernal Clavero, futbolísticamente Javi Bernal (Badajoz, 13-5-1999) el parón obligado en el último tercio de la temporada le ha venido especialmente mal por la espectacular dinámica en la que se encontraba. Estaba siendo el delantero del Diocesano el jugador revelación del grupo extremeño de Tercera con una cifra estratosférica: 23 goles sumaba ya este delantero centro de extraordinaria zancada y pleno de potencia física cuyo nombre está escrito en todas las agendas de los ojeadores de los clubs de Primera. Él, sin inmutarse, repite: «Yo no pienso en eso ahora; hay que estar tranquilo», contesta sobre los cantos de sirena.

«Yo tenía un compromiso con mi club y este año no he querido cambiar; ni lo he intentado, no, no», comenta con una naturalidad incuestionable cuando se le plantean sus opciones de haber salido del equipo cacereño el pasado invierno. «Además, tenía la facultad, que no iba a dejar, por supuesto».

Bernal estudia Tercero en Ciencias del Deporte en la Universidad de Extremadura y transmite una sensatez y madurez impropias de un jugador de edad casi adolescente. «Sí es verdad que he tenido ofertas, pero yo no sé nada; habla con mi representante, jeje», dice vivaracho el futbolista cuando se le cuestiona sobre qué hará. De momento, asume que no descarta nada parea el futuro, incluso quedarse en el Diocesano un año más, pese a que su contrato concluye esta campaña.

El joven delantero lamenta que la interrupción de la liga le haya impedido (él cree que solamente volverán a jugar los equipos de playoff de ascenso) conseguir su objetivo para el final de la temporada: alcanzar los 30 goles, algo que veía factible por la dinámica colegial. «Creo que íbamos a hacer un final de liga muy bueno, estoy seguro, y sí, es verdad, me lo había puesto como meta», asume este velocista del fútbol con maneras de Fernando Torres, con el que incluso tiene un parecido físico evidente.

En el día a día, dos entrenamientos: uno por la mañana, más liviano, y otro a primera hora de la tarde, «por videconferencia» con su amigo y compañero de residencia Jorge Rastrollo, con el que se motiva mutuamente. «Nos echamos de menos, sí, y aprovechamos para hablar y comentar cosas; yo ya estaba aburrido de entrenar solo», afirma. El resto, la play y el estudio llenan el día del killer pacense del Dioce. Con él, sus padres. Sus hermanos, Curro y Macarena, sensiblemente mayores que él, tienen cada uno sus vidas.

El pasado año hizo 6 goles; el anterior, en División de Honor juvenil, también en el Diocesano, dos. Fueron cifras no acostumbradas en un jugador que desde muy niño siempre ha visto puerta con facilidad. En esta temporada, además, ha sido el ‘9’ titular de la selección extremeña que ha llegado a semifinales de Copa de las Regiones.

Javi Bernal, el futbolista tranquilo, el futbolista del futuro.