Javi Ramos, el jugador que la pasada semana el Cacereño dejó sin ficha para poder dar de alta a Tomás Jiménez, dijo ayer abiertamente que en el vestuario verde hay "incertidumbre". El centrocampista sigue entrenando con el equipo a la espera de rescindir su contrato y buscar otro club con el que acabar la temporada. Se ha tomado con resignación su descarte, aunque dejando caer que no lo entiende demasiado.

En declaraciones a la Ser, aseguró que no esperaba la decisión del Cacereño, "aunque ya en el equipo se comentaba que a alguno de nosotros le ocurriría para poder darle la ficha a Tomás". El jugador evitó polémicas ("si es lo mejor para el club, lo acepto"), pero asumió que la "incertidumbre" existe porque se sabe que él no será el último en ser dado de baja. Su entrenador, Angel Marcos, ya anunció públicamente la pasada semana que llegarían más refuerzos para intentar sacar al Cacereño de la zona de descenso y eso obliga a abrir un hueco en la lista federativa.

El club peina el mercado cuidadosamente y se reserva los nombres de los futbolistas que saldrán del equipo pero que hasta entonces tendrá que seguir utilizando.