Es, indudablemente, una de las voces más respetadas del vestuario. Pocos pueden estar más contentos que Luis Parejo después de que el Cáceres Patrimonio de la Humanidad tumbase el pasado viernes al Quesos Cerrato Palencia (82-78). "Poca gente esperaba que ganásemos. Teníamos la espinita clavada de la primera vuelta, uno de los peores de la temporada", reconoció ayer.

El capitán habló también de que había que "resarcirse" después de perder los dos últimos encuentros, frente a Barcelona B y Actel Lleida. "Era un golpe en la mesa, decir 'aquí estamos nosotros' y cerrar lo antes posible la permanencia. Ahora debemos disfrutar de lo que queda, que será muy bonito", apuntó. En el horizonte vuelve a estar la lucha por entrar en los playoffs de ascenso, ya que solo una improbable concatenación de resultados en las jornadas que restan haría peligrar la salvación.

Ahora el desafío es integrar del todo a los últimos en llegar: Carlos Toledo, Ibra Thomas y Tomeu Rigo. "Desde el primer día los nuevos se han sentido uno más. No han podido demostrar en los partidos, pero en el día a día están a tope", razonó Parejo.

El próximo viernes, nuevo desafío mayúsculo, esta vez frente al Melilla, segundo clasificado de la LEB. Miedo desde luego que no hay. "Ya le ganamos en nuestra casa", recordó, admitiendo, eso sí, que esta vez será "más complicado porque se están jugando el ascenso y ya pincharon hace poco contra Cocinas.com y Huesca en su pabellón. Pero somos los matagigantes y una vez que hemos ganado a Palencia, nada es imposible".

Acompañado de Toledo y Mansour Kasse, Parejo formó parte de la representación del equipo en el centro Aspace, que trabaja con personas discapacitadas: "Nos lo hemos pasado muy bien con la gente que hay allí. La labor que están haciendo es súper importante. Los chicos son muy agradecidos". La plantilla continuará hoy con sus visitas dentro del 'Mes de la inclusión' de La Caixa.