Lo han puesto de moda. Se ha puesto de moda. Se siente un hombre de moda. Tiene la sensación de estar marcando una época, aunque teme que dure poco. O nada. El, cómo no, se deja querer, amar, tocar, admirar. Es Rodolfo Chikilicuatre, que ayer, cómo no, fue uno de los protagonistas del Gran Premio de España, que se disputó en Jerez. El sábado dio un concierto de risas interpretando su eurovisiva pieza en compañía de sus go-gos preferidas en una fiesta donde también estuvieron Dispistaos y Jarabe de Palo ante 15.000 personas. Ayer, frente a 131.563 motards , se dio otro festín de saludos y frases ingeniosas. No dejó de perrear y, gane o no Eurovisión el próximo mes de mayo en Belgrado, su ascenso a la popularidad se ha convertido ya en incuestionable.

Después de pasearse en un BMW deportivo descapotable, saludar un millón de veces, sonreír, mostrar sus inmensas gafas demodes y llevar colgada su pequeña guitarrita, Chikilicuatre, nuestro cantante eurovisivo, atendió a EL PERIODICO en un rincón del paddock donde reconoció haber sufrido "un gran vértigo, mucho vértigo", durante esa vuelta de honor.

Curiosos pronósticos

Es posible, solo posible, que al rey de la comedia le pidiesen que no se cruzase con el auténtico rey. Posible. A él no le importaba demasiado porque su reino no es de este mundo. Su reino es imaginario y, como tal, genera cariño, complicidad y muchas risas. "Durante mi vuelta al circuito he podido oír que mi pieza sonaba por megafonía, pero no la he podido corear como tocaba".

Preguntado sobre quién quería que ganase, Rodolfo dijo tenerlo muy claro: "Me gustaría que ganase el breikindance, y si no, el crusaíto, o también el Maiquel Yason y, si no puede ser ninguno de esos tres, pues que gane el Robocop". Sobre el duelo futbolístico de la Liga (Real Madrid, Barça o Villarreal) aún lo tiene más claro: "Soy del Equipo A".

Chikilicuatre se sentía ayer en su salsa y confirmó que le habían hecho miles de fotos, "tanto con cámaras digitales como teléfonos móviles". Es evidente que ese tupé, esas patillas, ese bigotito, sus gafotas y la guitarrita causan furor, aunque la caracterización de su personaje le impidió cumplir con una de sus ilusiones: dar una vuelta en moto al circuito. Le habían propuesto subirse de paquete en la Ducati biplaza del exsubcampeón del mundo Randy Mamola, pero tuvo que desistir.

¿El motivo? Sencillo y muy lógico: "Mi flequillo, mi tupé --explicó a EL PERIODICO-- , me impide ponerme el casco y, claro, sin casco no me voy a subir a una moto" . ¿Pero de dónde surgió ese tupé?, le preguntamos al personaje de moda parido por el programa de Andreu Buenafuente. "La culpa de todo la tiene el AVE, pues como no paro de ir y venir de Barcelona a Madrid, suelo sacar la cabeza por la ventana del tren y el flequillo se me ha quedado así".

Chikilicuatre, cómo no, precisó casi tanto o más protección que Juan Carlos I durante su visita a Jerez debido a su enorme popularidad, adquirida en un abrir y cerrar de ojos.

Paseándose por el parque cerrado del circuito recibió multitud de felicitaciones y, cuando alguien no acertaba a pronunciar su nombre, él bromeaba diciendo: "Llámame mito, llámame mito", y se despedía con una enorme sonrisa.