Joan Lino Martínez, cubano hasta el 9 de julio pasado, dio a España la segunda medalla en atletismo con un tercer puesto en la final de longitud que cubrió con piadoso velo el nuevo fracaso de Yago Lamela, incapaz de pasar el corte.

Una semana después de que Paquillo Fernández se proclamara subcampeón olímpico de 20 kilómetros marcha, el nuevo Martínez dio al equipo español una medalla de bronce que su gran registro anterior de este año (8,26) permitía vislumbrar.

Joan Lino Martínez (Lino forma parte del nombre) empezó mal, con 7,79 en su primer salto, pero ya en el segundo se encaramó al segundo puesto con la mejor marca de su vida: 8,32 metros. El concurso había quedado sentenciado con el registro del estadounidense Dwight Phillips en la primera ronda (8,59) pero las otras medallas tenían muchos pretendientes.

Para entonces, Yago Lamela, que en los Juedos de Sydney no superó la calificación, había hecho dos nulos. En el tercero sólo alcanzaría los 7,98, una marca que le cerraba las puertas de los tres últimos saltos.

La plata provisional de Joan Lino se trocó en bronce definitivo con el quinto salto del estadounidense John Muffit, que mejoró su marca personal con 8,47 metros y arrebató el segundo puesto al saltador ex cubano.