Joan Roma necesitó nueve oportunidades, por una u otra razón, para conseguir el sueño que más anhelaba: vencer el duro y prestigioso rally Telefónica Dakar, hito deportivo que marcó en la agenda de su teléfono móvil con la fecha de ayer mientras se encontraba disputando hace un par de meses una carrera en Dubai.

"Un día en Dubai comencé a dar vueltas a muchas cosas y al final me convencí de que éste debía ser mi año, así que apunté en mi teléfono la fecha de hoy como el día que subiría a lo más alto del podio del Dakar y lo he logrado", afirmó Roma, quien lleva disputando esta carrera desde 1996 y por una razón u otra sin demasiada fortuna, pues su mejor resultado fue un decimoséptimo lugar en 2000, cuando era líder y a dos días del final rompió el motor.

Más desgracia

En 1996 y 97 se tuvo que retirar por caída, el primero de ellos llegó a ser líder de la carrera, pero sufrió un accidente en el que incluso perdió el conocimiento y al año siguiente se fracturó tres costillas y sufrió una luxación del hombro.

En 1998 la causa de su abandono fue una avería en Mauritania y un año después un golpe con una piedra, lanzada por la moto de Jordi Arcarons, paradójicamente ahora el jefe de su equipo, que le fracturó un pulgar. Su annus horribilis fue el 2000, cuando a dos días del final de la carrera rompió el motor de su KTM y si bien reparó perdió mucho tiempo y cualquier opción de victoria.

Las dos siguientes ediciones se saldaron de la misma forma, con sendas caídas, que no hacían más que confirmar que era uno de los pilotos más rápidos de todos los tiempos pero eso no era suficiente.