Es humorístico imaginarse a Jonathan Márquez durante el confinamiento metiendo la moto en su casa de Badajoz e intentar subirse con ella por el sofá y abrir gas por el pasillo ante la indignación de su mujer. Desde luego, no ocurrió ni de lejos, pero ilustraría bien las ganas que ha tenido el único piloto extremeño en la máxima categoría del motocross nacional, la Elite-MX1, de hacer lo que más le gusta. Afortunadamente para la tapicería, ya ha vuelto a los circuitos y pronto lo hará a nivel oficial.

Será el fin de semana del 4-5 de julio en el circuito de Motorland, en Alcañiz (Teruel), en lo que supondrá la reanudación del Campeonato de España. «Ha sido una locura, la verdad. Me subía por las paredes», confiesa. Y eso que, durante el encierro que sufrió la mayoría de la población, al menos pudo salir a la calle para trabajar porque es soldado profesional. Pertenece a la Brigada Extremadura XI del BON de zapadores, en la sección de transmisiones.

Pero eso ya va quedando atrás, rebrotes mediante, y la moto vuelve a apropiarse de la mayor tiempo posible aparte de la familia y el trabajo. «En la fase 1 ya pude volver a entrenar, aunque con muchas precauciones. Tenemos un pequeño terreno en Badajoz y también el circuito de Las Arenas, en Malpartida de Cáceres, ha reabierto, así es que voy allí una vez por semana, sobre todo los domingos», apunta. El polvo vuelve a levantarse y los motores, a rugir.

La incertidumbre

Eso sí: volver no es necesariamente regresar al punto en el que estaba todo antes del 15 de marzo. Las dos próximas carreras del Campeonato de España, la de Alcañiz y la del 11-12 de julio en Monteleón (Toledo), serán a puerta cerrada, una absoluta anormalidad en citas que suelen tener un tremendo ambiente de público. La prueba de Malpartida de Cáceres, que prevista para el fin de semana justamente anterior al estado de alarma, ha vuelto a ser aplazada.

A ‘Jony’, como es conocido en el motocross extremeño, le escama. «Es que va a ser muy raro, muy diferente. Estamos muy acostumbrados a competir con los aficionados animándonos. Yo siento incluso que van subidos en la moto conmigo, así es que esto va a ser parecido a los entrenamientos, por mucho que vayas a luchar igual por estar por más adelante posible», explica. De hecho, y entre unas estrictas medidas de higiene, se les ha comunicado a las escuderías que reduzcan sus equipos de colaboradores al máximo y que no haya familiares y amigos alrededor, como es tradición.

Prácticamente todo gira alrededor de una palabra: incertidumbre. «No sabemos muy bien cómo va a ir el resto del calendario, cuántas carreras se lograrán hacer y si seguirán siendo sin público. Los apoyos los tenemos garantizados para esta temporada, pero nada está claro para la que viene», dice Márquez, que, pese a todo, reconoce su felicidad por haber vuelto a su gran pasión.