Las aficiones son auténticos dioses: crean y destruyen a su antojo. Ansu Fati es la última estrella creada por la hinchada culé en tan solo tres partido y por mor de seis destellos de su innegable calidad. No obstante, y como ya dijo Mourinho o Cholo Simeone, a los jóvenes talentos hay que dejarlos crecer en paz.

Caso similar ocurrió con el jovencísimo Jorge Caballero (Mérida, 1993) que con tan solo 19 años ya defendía la elástica del Mérida en Tercera División. Una relación de amor que acabo con un título de liga. Marchó a Almendralejo para lograr otro campeonato con el Extremadura. Un romance con el Don Benito. Y caída.

No desmereciendo a Azuaga, Pueblonuevo y Calamonte, es palpable que algo cambió para el jugador. Ahora intenta recuperar a ese extremo con un bisturí en el pie en el Arroyo. «Puede parecer mentira, pero el paso por el Pueblonuevo me vino genial. Recuperé la ilusión por el fútbol que quizás había perdido», confiesa.

Su paso por Calamonte fue complicado, aunque ofreció un óptimo nivel. «Quizás esperaban mas de mi en la faceta goleadora, pero creo que hice una buena temporada allí. Es cierto que quizás a mi y los que éramos de otras localidades se no exigía mas que al resto», señala. En su regreso con el Arroyo logró la victoria el pasado domingo.

Los retos hacen crecer, hacen mejorar y hacen soñar. «Necesitaba algo nuevo y surgió la oportunidad del Arroyo, no lo pensé dos veces. De momento estoy muy contento con el cambio, además de que es un histórico del futbol extremeño», indica Caballero. El próximo objetivo: Racing Valverdeño.

«El entrenador cree en mi, los compañeros también y eso es muy importante. Soy aun joven y tengo mucho futbol por delante. Al final esto es solo un deporte, no hay mas», reconoce el jugador emeritense. De momento, el Arroyo es undécimo con siete puntos tras ganar la Copa Federación.

«En la copa se pudo ver que este equipo tiene mucha hambre y calidad. Hicimos buenos partidos y finalmente ganamos, que a nadie le amarga un dulce. Ojalá la temporada siga en esa línea», concluye.