Los ‘majors’, los torneos ‘grandes’ del mundo del golf, continúan sin ser terreno propicio para Jorge Campillo. Después de tres participaciones (ayer inició la cuarta) se le siguen atascando y hoy deberá mejorar mucho si quiere conseguir el objetivo de pasar el corte que se ha marcado para esta segunda presencia en el British Open. No lo logró el año pasado en Carnoustie y no lo tendrá ahora fácil en el Royal Portrush, en la costa de Irlanda del Norte. El cacereño ha arrancado su participación con un más cinco (76 golpes) que le deja en el puesto 128 y lejos del corte. Pero no es imposible superarlo. Campillo, que este año ha ganado su primer torneo del circuito profesional (el Trofeo Hassan II), ha realizado grandes vueltas en otras citas y a esa esperanza se aferra ahora.

Inició su recorrido el extremeño con un par en el hoyo 1, pero pronto pinchó. En el 2, un bogey que se repitió después en los 6, 7 y 9. La primera parte la cerró con un nada halagüeño +4. Entró con mejor pie en la segunda parte y en el hoyo 11, su primera alegría, un birdie que servía para animarle, aunque en los dos últimos hoyos, el 17 y 18, sendos bogeys daban al traste con sus esperanzas.

Quien sí comenzó con buen pie fue Sergio García, tercero en una clasificación que lidera en solitario el norteamericano J.B. Holmes (-5). El castellonense consiguió un menos 3, el mismo resultado que Jon Rahm, que por momentos llegó a estar en lo más alto, pero que se complicó en los últimos hoyos de su recorrido (bogeys en el 15 y el 18).

«Estoy contento porque no era fácil. Hacía viento y hay que pegarle muy bien a la bola. Afortunadamente he cogido muchísimas calles y he pegado los hierros bastante bien», dijo satisfecho García, que arranca entre los primeros su vigésimo tercer Open Championship.

«Nos ha llovido un par de veces [eso mismo lo sufrió Campillo], no es que hayamos jugado en bermudas y sin viento. Nos ha caído algún chubasco, pero no me quejo en absoluto», comentó el castellonense sobre las condiciones climáticas durante la mañana.