A cuatro días del octavo gran premio de la temporada, en Donington Park, Jorge Lorenzo, vigente campeón del mundo de 250cc y actual líder del Mundial, vive a sus 20 años el mejor momento de su carrera deportiva: con 36 puntos de ventaja sobre Andrea Dovizioso, el mallorquín se declara un piloto más completo y maduro, cada vez menos preocupado por la imagen que ofrece al público y únicamente centrado en su gran objetivo, revalidar el título.

Esforzado en ofrecer su imagen más prudente, más allá de las pistas, donde mantiene viva su ferocidad ganadora, Lorenzo reconoce en una entrevista a EFE que cada vez se preocupa más por crecer como piloto y menos de la opinión que la gente tenga sobre él. "Cada vez me preocupa menos caer mejor o peor a la gente", admite. "Lo importante es que cada uno siga su camino, sin aparentar ser quien no es. Personalmente, sé que estoy triunfando en la vida, soy joven, me va todo bien y tengo salud. Y el resto, es trivial".

Lorenzo sabe que aún está formándose como piloto. "Cada día disfruto más, me voy formando y sé que llegará el día en el que no me irá tan bien, así que ahora me toca disfrutar". Entre otros aspectos, trabaja el pilotaje bajo la lluvia: "muy pronto seré un buen corredor en lluvia. Correr en mojado supone un 80 por ciento de cerebro y un 20 de técnica", explica.

La progresión de Lorenzo es inherente a su trayectoria deportiva. "Quizá no he mejorado muchísimo en la velocidad en los últimos cuatro años, quizá medio segundo o un segundo", sostiene, "pero antes, para hacer los tiempos que hago ahora, me caía muchas veces. Ahora me resulta más fácil. Lo hago más fríamente".

Crecer como persona

Lejos de la moto, Lorenzo también vive tiempos de cambio. "De los 15 a los 20 años, la evolución de la personalidad es muy grande; de los 20 a los 25, cada vez menos. Creo que cada año aprendes menos cosas que el anterior. Ahora estoy en una etapa de mucho cambio, yo lo noto, estoy formándome la personalidad, he madurado, pienso más las cosas, sé el porqué de las cosas y eso es una ventaja". En resumen, un Jorge Lorenzo "cien mil veces mejor" que el de hace un par de años.

Con cierta fama de piloto difícil, su sinceridad le ha provocado ciertas enemistades en el 'paddock', pero Lorenzo no cree que el mundo del motociclismo sea una continua fuente de tensiones. "A veces se dice que no tenemos amigos entre los pilotos, pero eso es mentira. Cuando eres joven, te picas por todo y eres muy egoísta; pero por ejemplo, Alex Debón es como mi hermano. Que alguien sea tu rival directo no quiere decir que te tengas que llevar mal, aunque a veces ha coincidido que cada uno va a su rollo".

Lorenzo, al igual que otros deportistas de elite, parece responder a un perfil demasiado maniqueo. La afición le adora o le aborrece. "Puedes intentar mejorar la percepción que los demás tienen de ti, pero con eso naces. Hay gente a la que le cuesta horrores superar la timidez y hay gente más comunicativa. Cada uno tiene su personalidad, pero lo importante es que haya muchos personajes y que la gente pueda elegir entre ellos", explica.