Jorge Lorenzo empezó a conocer ayer lo duro que es ser líder del Mundial de los reyes. Presionado, tal vez, por los buenos tiempos que estaban haciendo Valentino Rossi, Casey Stoner y Dani Pedrosa, que estaban copando, en esos momentos, una ficticia primera línea del Gran Premio de China, que se correrá mañana (05.15 horas, TVE-1), Giorgio intentó aprovechar al máximo sus neumáticos nuevos en la tercera tanda de su entrenamiento y, en su primera vuelta cronometrada, sufrió una espectacular caída por las orejas.

ATERRIZAJE FORZOSO Su aterrizaje en la pista, tras un vuelo de tres metros de altura, fue de lo más feo, con tan mala fortuna que el primer contacto con el asfalto, en lugar de ser un revolcón al más puro estilo judoca, fue un contundente golpe en sus tobillos y un tercer impacto en la rodilla izquierda. Lorenzo, que no hizo comentario alguno, le dijo a un amigo: "Ha sido un vuelo interminable y, la verdad, no acababa de caerme".

El desafortunado vuelo se produjo en una chicane, de derechas a izquierdas. La curva en la que Lorenzo saltó por los aires es de izquierdas y en bajada, aunque no muy rápida, según reconoció su jefe de mecánicos, Ramón Forcada. El bicampeón mallorquín fue trasladado de inmediato a la clínica del circuito chino y, luego, a un hospital de Shanghái donde se le practicaron todo tipo de pruebas.

La caída del piloto revelación de la temporada sembró la duda en el paddock y puso el miedo en el cuerpo en la escudería que dirige Dani Amatriain. "Tras el susto, estamos muy felices", reconoció un ya recuperado Amatriain. "La caída ha sido muy espectacular y todos temimos lo peor. Jorge está muy dolorido, sí, con una minúscula fractura en el tobillo izquierdo, dolores en esa rodilla y una fuerte contusión en el tobillo derecho". Preguntado si iban a forzar su reaparición en los ensayos de hoy, el mánager de Giorgio fue contundente: "Solo participará si se siente con fuerza y seguro. No nos estamos jugando el título". El equipo no quiso contar nada de la caída. Es más, Forcada se escudó en que la telemetría de la YZR M1 se había "estropeado".

Lorenzo, que acabó con el interior del casco ensangrentado al golpearse la nariz en uno de sus revolcones, estuvo ayer en la boca de todos los pilotos. Pedrosa, por ejemplo, reconoció que "la caída ha sido muy dura y muy fea". Rossi fue más lejos: "Jorge es un piloto muy agresivo, como Stoner, y, nada más pisar la pista, sale a por todas. Estaba en su primera vuelta y me temo que, en el cambio de sentido de la chicane, zarandeó tal vez en exceso la moto, que perdió adherencia con la pista y, al recuperarla, transmitió toda la fuerza de la aceleración a la rueda trasera, que le escupió. Las gomas, que aún estaban frías, no soportaron esa maniobra".

CAMBIO BRUSCO Randy Mamola, exsubcampeón del mundo de 500cc, compartió la tesis de Rossi, pero añadió un dato. "Jorge no iba muy rápido, pero salió de la primera curva de derechas con la rueda ligeramente levantada, al cambiar de dirección en el aire y aterrizar, la moto le escupió por las orejas. Mamola recordó que Rossi sufrió una caída idéntica hace pocas semanas en Estoril "pero tuvo la suerte de caer de pie en el asfalto y abandonar la pista caminando".

Alguien acudió al doctor Claudio Costa. Y Costa, siempre tan poeta, se le ocurrió otra de sus frases ingeniosas: "Jorge deberá caminar sobre sus lágrimas".