"Soy 'catovi' hasta la médula", dice el protagonista con indisumulado orgullo desde el pabellón Multitusos. Juan Antonio Arce Alvarez (Cáceres, 8 de marzo de 1974) es uno de los árbitros de la fase final de la Copa del Rey de voleibol. Vive en Madrid desde hace 16 años, los últimos como informático de la empresa de gestión tabaquera PTI, pero tiene siempre en su cabeza su tierra, sus orígenes, su gente.

Incluso el nombre de sus hijas, Jara (7 años) y Vera (4) llevan un inexcusable sello extremeño, pese a haber nacido en la capital de España. Su mujer, María Izquierdo, también es natural de la ciudad en la que Arce es protagonista estos días. El, antes de cursar Informática en la Politécnica, estudió y jugó en el centro educativo germen y espíritu del voley en Cáceres: el colegio Licenciados Reunidos. Y entrenó con Josele Acedo, actual capitán del Electrocash, y con tantos y tantos jugadores importantes de este deporte en su entorno vital.

"Siempre he conservado la licencia extremeña", pone como ejemplo. Enrique Carrasco, secretario general federativo y segundo entrenador del Electrocash Cáceres, exalta su implicación "no sólo con el tema de licencias, sino para todo; siempre colabora con los cursos, con todo...". Además, añade: "es uno de los cinco mejores árbitros de España, sin duda".

A la hora en la que que habla con este periódico (13.00, ayer), Erce aún no sabe oficialmente qué partido de cuartos de final dirigiría. Lo normal era que no fuera el del equipo anfitrión, por pura lógica, sino el que dirimían antes el Usuaïa Ibiza y el Melilla. Así fue ¿Y por qué no la final? Puede ser, aunque una de las plazas está reservada a la 'número uno', Susana Rodríguez.

Pero todo lo que le llegue al colegiado cacereño se lo habrá ganado a pulso. Acumula ya siete años como internacional, acaba de ser desginado para pitar en la Challenge Cup, tercera competición europea, y también ha estado presente en finales de Supercopa y Superliga. Todo ello, con un sacrificio especial, ya que ellos no son profesionales. "Con días de mis vacaciones del trabajo", apunta el deportista. Sí, porque los árbitros también son deportistas, y además esenciales en el espectáculo.

"Quizá el trabajo del colegiado de voleibol no sea del todo reconocido", asume, pero al mismo tiempo asegura que su pasión es grande. Un espejo donde mirarse: el exárbitro internacional, también cacereño, Juan Luis Galán, santo y seña de este deporte en la comunidad durante muchos años, y a quien Erce se refiere con el máximo respeto y cariño. Desde luego, fue una "referencia", "sin comillas", como él dice. Y él, su heredero natural, por supuesto.