Hablamos con Juan Antonio Valle, deportista patrocinado por la Fundación Jóvenes y Deporte de la Junta de Extremadura, primer deportistas extremeño en lograr la clasificación para los Juegos Paralímpicos, allá en agosto de 2019. Repasamos con él cómo está siendo esta larga espera para cumplir el sueño de la paralimpiada y sus objetivos en la prueba de KL3 200 metros.

-¿Cómo ha sido la temporada invernal?

-Pues nuestra temporada invernal ha sido muy similar a la del año pasado, pensando de nuevo en los Juegos Paralímpicos, siempre con ellos en mente. Hemos hecho mucho kilometraje, mucho entrenamiento de fuerza y hemos tratado de mejorar nuestras partes más débiles, etcétera. Todo ello rodeado eso sí de la situación sanitaria que vivimos y haciendo caso por supuesto a las medidas que están vigentes en cada momento.

-¿En qué cambia la preparación en un año con un objetivo tan marcado como ese?

La verdad que no la hemos modificado mucho, pero lo que ha cambiado evidentemente es todo lo que rodea a esos entrenamientos en cuanto a controles y medidas sanitarias, intentar no tener contacto con otros deportistas… y hacemos especial hincapié en cumplirlo, ya que cualquier descuido en higiene de manos, uso de mascarilla o por tener contactos de riesgo puede dar al traste con toda esta preparación.

-¿Hay alguna fecha o competición clave en los próximos meses?

En los próximos meses no tenemos competiciones trascendentales a nivel internacional, pero sí competiciones nacionales, pruebas de distancias largas, algo distintas a mi especialidad, pero en las que nos jugamos en cierta medida el demostrar que tenemos ese nivel ‘esperado’ por la Federación Española y el Comité Paralímpico.

-¿Cree que podremos disfrutar finalmente de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos?

Yo este año sí que tengo confianza en que puedan celebrarse, ya que hemos podido ver que siguiendo los protocolos, incluso en momentos de mayor número de contagios, el deporte profesional ha podido seguir adelante con seguridad. Si no se disputasen o se volvieran a aplazar, sería un jarro de agua fría.

-¿Cómo ha tenido que modificar sus entrenamientos por todo el tema de la pandemia, que cumple ya un año?

-Como decía, este año, salvo por las medidas sanitarias, no hemos cambiado mucho la línea, pero en 2020 con todo lo que pasó y ya que no íbamos a competir internacionalmente, sí que hicimos algunas modificaciones para centrarnos en mejorar nuestros puntos débiles por así decirlo, centrándonos en entrenamiento en gimnasio, de fuerza específica, dejando un poco al lado las sesiones en piragua.

-¿El trabajo mental ha sido igual de importante?

-Pues afortunadamente, desde el Comité Paralímpico Español ponen a disposición de sus deportistas una psicóloga que nos echa una mano cuando lo necesitamos. En mi caso he podido seguir con mi día a día y mi entorno familiar me ha ayudado mucho a ello, pero en momentos de bajón o de sobrecarga mental sí que me apoyo en ella, ya que creo que trabajar en este aspecto es igual de importante o más que lo que se refiere al apartado físico.

-¿Con qué apoyos ha contado?

La verdad que no me puedo quejar en ese sentido, ya que, además de por supuesto mi familia y entorno cercano, tanto el Comité Paralímpico como el Consejo Superior de Deportes me apoyan económicamente, y tengo la suerte de formar parte del grupo de deportistas patrocinados por la Fundación Jóvenes y Deporte, que más allá de la cuantía que nos otorga, son un gran apoyo en cuanto a asesoramiento y ofrecimiento de servicios en cualquier ámbito que podamos necesitar.

-Recientemente ha renovado su acuerdo de patrocinio con la Fundación Jóvenes y Deporte, ¿cómo valora el hecho de dar continuidad a estas ayudas en años tan complicados?

Pues como decía, lo valoro mucho y muy positivamente, ya que demuestra que los deportistas de nuestra región no estamos olvidados por nuestras instituciones, como sí puede pasar en otros sitios. Su ayuda, junto con el resto, a mí por ejemplo me supone el poder dedicarme 100% a mi faceta deportiva.

-Para quien piense que el piragüismo sólo se entrena en el agua y dando paladas, ¿qué tipo de entrenamientos completan su preparación física?

-Hay mucho, mucho trabajo detrás que no es sólo montarse en la piragua y remar. Dedicamos por ejemplo casi el mismo tiempo al gimnasio que al entrenamiento de agua, hay entrenamiento aeróbico que se puede hacer en bicicleta, nadando o corriendo, y mucho trabajo de tecnificación que se hace en simuladores para conseguir una técnica perfecta… Lo que es sesiones en piragua, yo diría que es aproximadamente el 40% del total de nuestros entrenos.

-¿Presta especial atención al entrenamiento ‘invisible’?

Lo tengo siempre presente: horas de sueño, recuperación activa, alimentación saludable… Por ejemplo en mi caso, aunque sigo una dieta sana durante todo el año, uno o dos meses antes de una regata importante me apoyo en una consulta al endocrino para ajustar la alimentación de cara a la mejora del rendimiento, que suele incluir el aumento de la ingesta de hidratos y proteínas, ya que mi distancia es corta y deben primar los esfuerzos de velocidad.

-Hablando de horas de sueño, ¿con qué sueña en Tokio?

-Como cualquier deportista sueño con traerme una medalla de allí y poder disfrutarla con mi gente, mi familia y todas las entidades que me han estado apoyando en este camino. Si consiguiese un resultado así, soy consciente de que además de mi trabajo personal, hay mucha gente detrás que también ha aportado su parte. Voy a luchar hasta la última palada para traerme el mejor resultado posible de los Juegos Paralímpicos.