Juan Carlos Mejías Corbacho nació en La Zarza (Badajoz), el 10 de abril de 1983, es el jugador de moda esta semana. Licenciado en Biología y jugador del Villanovense, equipo con el que marcó dos goles que completaron el vital 3-0 ante el Loja, es uno de los principales referentes del conjunto serón.

"Todavía queda mucho", reconoce Juan Carlos cuando se le cuestiona sobre el paso adelante del equipo. La salvación, dice gráficamente, "ni antes era tan difícil ni ahora va a ser fácil, yo creo que va a ser complicado pero asequible".

Este biólogo, que comparte titulación con Ana Obregón --una apreciación que ha tenido que aguantar muchas veces, en tono más o menos jocoso-- tiene muy claro que su vocación, cuando deje el fútbol, es la docencia. Por ello también ha realizado estudios para obtener el certificado de Aptitud Pedagógica, por lo que puede impartir en Secundaria Biología y Geología.

Ya se ha presentado en dos ocasiones a las oposiciones de secundaria, las cuales tiene aprobadas encontrándose en lista de espera. "Como están las cosas no descarto dedicarme a la investigación, pero realmente lo que me gusta es la enseñanza", reconoce el zarceño.

Pero volviendo al mundo del fútbol, Juan Carlos comenzó a destacar en las categorías inferiores del Mérida, siendo también llamado para disputar torneos con la selección extremeña, lo cual le sirvió para que el Oviedo se fijará en él y le fichara para su equipo juvenil, dando después el salto al Oviedo B. Aquella época coincidió con el descenso del equipo ovetense a Tercera por cuestiones económicas y el Badajoz, que conocía perfectamente las características de este centrocampista de 1,87, le repescó para su filial, aunque terminaría jugando en el primer equipo pacense.

La mayoría de la carrera de Juan Carlos ha sido en Segunda División B, disputando durante dos temporadas consecutivas, las eliminatorias de ascenso a Segunda División A, en la temporada 2007/2008 con el Mérida U.D. y en la siguiente con el Sabadell. Su llegada al equipo emeritense, sería una temporada antes (2006/2007).

Rápidamente se ganó la titularidad en el equipo entrenado en aquella ocasión por Jaime Molina , y fue protagonista de un debate incitado por la prensa, ya que Molina creía que Juan Carlos rendiría mejor en la posición de central, por sus características físicas y técnicas, mientras que había quien pensaba que la posición de central estaba bien cubierta y que el equipo necesitaba al 8 (era su dorsal), en el centro del campo.

Sea como fuera, lo cierto es que a lo largo de su carrera ha ido jugando en ambas demarcaciones, en Sabadell lo hacía en el centro del campo y tanto la temporada pasada en el Extremadura, como en la actual en el Villanovense, lo hace como central.

Su gran año, a las órdenes de Molina, siendo el jugador más regular del equipo romano, le valió para que Fabri González contara con él para el siguiente proyecto emeritense cuyo objetivo era terminar entre los cuatro primeros para luchar por el ascenso a la categoría de plata del fútbol español. El objetivo se logró, pero los emeritenses fueron eliminados en la primera eliminatoria por la Ponferradina.

Estas buenas campañas hicieron que el Sabadell le contratara en el intento por buscar también el ascenso, pero tampoco fue capaz de superar las eliminatorias.

El ascenso a Segunda B del Villanovense (2009/2010) y la llegada de un entrenador como Jaime Molina al banquillo serón, que conocía a la perfección las características de Mejías, suponen la vuelta de Juan Carlos a tierras extremeñas para ser uno de los jugadores más importantes del proyecto del equipo presidido por José María Tapia , sin embargo, el jugador zarceño no consigue evitar el descenso del cuadro de Villanueva de la Serena.

El peor recuerdo

La peor temporada para el jugador extremeño sería la 2010/2011, ya que formaba parte de la plantilla de aquel Cerro de Reyes que ni siquiera acabó la temporada por problemas económicos y, para colmo, se fue a La Muela, donde también hubo numerosos problemas extradeportivos.

Una de sus pocas temporadas en Tercera división, aunque también tuvo ofertas de Segunda B, fue la pasada campaña en las filas del Extremadura UD en la que, a pesar de terminar terceros en la liga, no consiguieron el ascenso a la Segunda División B.

De cara al futuro, este tipo espigado, simpático, de verbo fácil y de una buena conversación, no quiere cerrarse ninguna puerta. Simplemente su amplia experiencia en esta categoría tan maltratada económicamente le dice que lo más importante es "la seriedad del proyecto que te ofrezcan".