"Vamos a ver dónde llega, pero tiene muy buenas condiciones. Puede ser jugador de Segunda e incluso de Primera División, por qué no..., nunca se sabe". De Juan Carlos Montaño Montoya (Los Santos de Maimona, 28 de febrero de 1997) habla así de bien Adolfo Senso, su entrenador en el Diocesano, técnico habitualmente cauto.

Juan Carlos agradece las palabras, similares a las que pronunció en su día el seleccionador juvenil extremeño, David Salvo, con quien el jovencito santeño hizo historia hace ahora casi dos años al alcanzar la final a cuatro del campeonato de España en Navalmoral de la Mata. Y es que este zurdo ha generado elogios que le hacen ser uno de los jugadores regionales con más futuro, partiendo de un presente espléndido.

En realidad, la precocidad en su protagonismo no es la de un cualquiera: en aquel equipo extremeño sub-18, con 16 años, era ya uno de los futbolistas más destacado, puede que el que llevara más peso ofensivo, junto a su compañero José Pedro, también del Diocesano, ahora en el Villarreal.

Y es que, ya a esa edad, debutó en Tercera División. "Fue en un Extremadura-Moralo. Jugué diez minutos", recuerda. Algo debieron ver en él también técnicos como Agustín Izquierdo o Adolfo Muñoz, que lo alinearon, tan bisoño, pero tan inteligente con un balón en los pies.

Tiene donde fijarse este futbolista que maneja como pocos la posición de media-punta. Su padre, un histórico del Extremadura en Segunda B, Juani, le llevaba cada tarde desde Los Santos a Almendralejo para entrenar. Era entonces infantil. Con Cisqui y Pepe Tirado se fogueó en Almendralejo. Con el resto se consolidó y creció.

Pero es que en el Diocesano, para el que hizo los dos últimos tantos en el crucial triunfo ante Las Rozas del pasado fin de semana (2-0), sobresale especialmente, ya en su último año de juvenil. "Yo quiero dedicarme a esto, claro", dice, entre tímido y casi insolente, este futbolista capaz de driblar con un golpe de cintura a los rivales en un palmo de terreno y, a la vez, ver la posición del desmarcado para lanzarle a continuación, con el 'guante' de su pierna izquierda, el pase más preciso.

"Mi padre me dice que trabaje y que siga esforzándome mucho, que si tiene que llegar, llegará, pero también que no me lo crea nunca", dice tras salir de una de las clases en el instituto Al-Qazeres, en el que hace un módulo para prepararse como entrenador de segundo nivel.

¿Qué pasará ahora, en unos meses?. "No lo sé. Hay que esperar. A lo mejor un filial, me han llamado de varios equipos, pero ahora mismo no hay nada decidido", asegura el joven santeño, centrado en sus estudios y en una vida plácida en Cáceres con el objetivo global de la permanencia del Diocesano.

Admirador de Messi ("claro") y seguidor del Barcelona. "Será imposible jugar con él, pero no estaría mal algún día...", sueña Juan Carlos. Todo a su debido momento. Hoy toca estudiar y entrenar y compartir "buen ambiente" en el Dioce.

Sus compañeros de piso son otros pilares del equipo: el imponente centrocampista de Novelda del Guadiana Antonio y el habilidoso extremo sanvicenteño David López. Que ruede el balón, que siga la fiesta de la División de Honor juvenil en Cáceres. Los actores entran a escena de nuevo el sábado ante el UDC Sur. Sólo ver cómo la toca Juan Carlos merece la pena. Pasen y vean.