El miércoles García apeló a dos armas que explican por qué su equipo está mejor clasificado que el Cáceres: la defensa y el juego interior. Bohigas ya dice que los jerteños forman la escuadra "más física de la liga". La cuestión se demostró cuando en el último cuarto Perico Sala se pegó como una lapa a Pedro Rivero y eso estranguló el ataque cacereño. El base verdinegro, últimamente en gran forma, es la expresión de la irregularidad del conjunto en general, ya que esta campaña pasó de la titularidad al banquillo y de nuevo regresó a tener un papel preponderante. En cuanto a los pívots, Guillem Rubio se confirmó como uno de los grandes de la LEB: anotó 19 puntos en la segunda parte y desquició a Jiri Okac. El checo, otro explacentino, volvió a ser eliminado por cinco personales antes del final.