Más allá de reticencias iniciales, casi todos entre los estamentos del fútbol ya dan por sentado que será complicado terminar La Liga 19-20, así como que el bofetón de la crisis económica a consecuencia de la pandemia del coronavirus va a hacer saltar por los aires los planes económicos inflados y exagerados en los que se ha venido moviendo el fútbol.

Ante esa tesitura, y mientras Rubiales observa desde su atalaya de poder en la RFEF, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y La Liga, como un frente común contra la Federación, han confrontado públicamente sus posturas para paliar el parón indefinido que afecta a todos.

Después de que La Liga instara a los clubes del fútbol profesional español a ejecutar expedientes de regulación de empleo temporal (ertes) a sus jugadores, AFE emitió un contundente comunicado claramente contrario a las medidas que propone con toda la firmeza que le es posible la patronal y la prominente figura de su presidente Javier Tebas.

«Resulta extraño que desde La Liga se apoye los ertes» empezó diciendo AFE. «El control económico y la bien saneada economía de los clubes, predicada desde la patronal, no ha supuesto un colchón para una situación temporal de dos meses, siendo conscientes de que la competición ha sido suspendida y no cancelada», discurría el comunicado.

La respuesta de La Liga, desde las redes sociales de Javier Tebas, no se hizo esperar y no aportó ninguna novedad sobre los postulados de la patronal para lidiar con la crisis pandémica: «Los jugadores del Barcelona, Betis, Atletico, Zaragoza, Osasuna y otros, entienden que el control económico de La Liga no tiene que ver con los efectos económicos del covid-19», escribió, en primera instancia, en referencia a los clubes que ya han anunciado medidas laborales sobre los contratos de sus futbolistas y trabajadores.

Desde el sindicato de futbolistas si se avalan los acuerdos individuales de cada club para reducir el salario, según ha expresado su presidente David Aganzo, pero están en contra de que la reducción se aplique a través de ertes que repercuten en las arcas estatales. «Lo que no vamos a hacer los futbolistas es que se dejen de garantizar nuestros derechos laborales», explicaba AFE.