Alfred Julbe volvió a entrenar ayer en Cáceres. El que fuera entrenador del Cáceres hace justamente un año, ahora en el banquillo del CAI Zaragoza, volvió a impartir su magisterio sobre la cancha. En esta ocasión sus piezas de juego son los participantes del campus de baloncesto que organiza el colegio San Antonio.

El catalán demostró sentirse muy a gusto entre los pequeños y conectó con ellos. Desde que recibió la llamada de los técnicos organizadores no se lo pensó y se desplazó a la capital cacereña para compartir actividades con los participantes durante los próximos días. "Tanto el deporte de élite como éste tiene su lado divertido, lo que aquí pasa es que el dinero no malmete y las relaciones pueden ser más puras", apunta.

El barcelonés se muestra un fiel devoto del baloncesto de base. Así quedó patente cuando, tras desvincularse del Cáceres, inició una nueva etapa entrenando a chavales de un colegio catalán. Su desinteresada presencia en el campus vuelve a ser un ejemplo de su preocupación por la formación de los jugadores. "Es una oportunidad para volver a saludar a los amigos que hice en etapas anteriores y es una colaboración que hago a gusto", señala.

En total son 137 alumnos los que se han apuntado al curso que se celebra en el que ya es conocido como el templo del basket cacereño.

CUIDANDO LOS DETALLES

El equipo técnico se multiplica para que todo salga de acuerdo con el guión y que el prestigio del campus siga creciendo. Tras la desaparición del que desarrollaba el Cáceres, el del San Antonio se ha convertido en el de mayor renombre de la ciudad.

Además del deporte de la canasta son múltiples las actividades que pueden desarrollarse por los participantes, como hockey sobre patines o deportes de raqueta. También sofocan los calores en la piscina del Guadipark.

Pero el gran momento llega cuando los jugadores y jugadoras de todas las edades saltan a la cancha en los encuentros de la liga interna. Todos se sienten orgullosos de estar en la retina de Julbe.

Está previsto que José María Panadero acuda hoy a las instalaciones del centro educativo, mientras que el que no podrá asistir es Enrique Fernández, por cuestiones profesionales.

Su hijo y su hija también se encuentran inscritos en el campus, aunque su padre reconoce que el chico practica más el fútbol. Ellos, junto a su padre, están alojados en el domicilio de Manuel Hurtado Piti , al que le une una gran amistad desde su etapa en el banquillo verdinegro.