No podía tener mejor estreno la prueba femenina de los 50 kilómetros marcha en unos Campeonatos de Europa. La española de origen húngaro Júlia Takács arañó la medalla de bronce en la agotadora prueba, con un tiempo de 4.15.22 horas, por detrás de la portuguesa Inés Henriques (oro, con 4.09.21) y de la ucraniana Alina Tsviliy (plata, con 4.12.44). Henriques ya fue la campeona universal, el año pasado en Londres, en el estreno de la distancia en unos Mundiales (con solo siete participantes), y en dos años solo podrá optar al oro en los Juegos de Tokio si el Comité Olímpico Internacional cede a las presiones y acepta finalmente la paridad exigida entre las pruebas masculinas y femeninas.

Ayer en Berlín, fueron ya 19 las marchadoras que tomaron la salida en pleno centro de la ciudad, en la Breitscheidplatz, ya con 21 grados y un 56% de humedad a las 8.35 horas de la mañana, conjuntamente con los hombres. Henriques tomó la delantera desde el primer momento y Takács, nacida hace 29 años en Budapest y nacionalizada española en junio del 2008, dejó hacer a sus rivales, sabedora de que en una prueba tan larga se trataba más de resistir que de atacar.

«Iba poco a poco, manteniendo el ritmo, esperando que las que iban por delante de mí pincharan», confesó tras su inteligente carrera. La estrategia le funcionó a Takács, que pasó octava por el kilómetro 10, pero que progresó hasta el sexto puesto en el kilómetro 20, el cuarto en el 30 y el tercer puesto final.

AYUDA DE BRAGADO / «Sabíamos que sería una prueba de supervivencia. Ya le había dicho que su rival no serían las otras atletas sino la distancia, por lo que tenía que salir tranquila y, sobre todo, llegar al final». Eso le había dicho el veteranísimo Chuso García Bragado, en sus séptimos Europeos consecutivos a sus 48 años, y que, antes de retirarse en el km 38, ayudó durante unos metros a su compañera de entrenamientos y pupila de su pareja, la entrenadora Montse Pastor, a progresar hasta un puesto en el podio.

Fueron Bragado y Pastor los que más influyeron para que Takács fuera admitida hace un par de años en el CAR de Sant Cugat tras una época de mal rendimiento. Ahí empezó la segunda juventud de la exhúngara, cuyo mejor resultado se remontaba a un noveno puesto en los Mundiales de Moscú del 2013.

En los Juegos de Río 2016, solo pudo ser la 33ª. Pero con la entrada de la nueva distancia, vio que se abrían nuevas posibilidades. Su medalla, primera de la decena (según los pronósticos) que España espera obtener en Berlín, se vio acompañada por el séptimo lugar de Ainhoa Pinedo y el octavo de Mar Juárez.

Los chicos no estuvieron tan bien. José Ignacio Díaz concluyó noveno, Marc Tur vigesimosegundo y García Bragado se retiró antes del kilómetro 40 por un problema de isquiotibiales.