Julia Cabeza (Arroyo de la Luz, Cáceres, 1998), ‘Julita’, como cariñosamente la llaman sus compañeras, comenzó a jugar al voleibol a la edad de nueve años, junto a su hoy compañera en el Extremadura Arroyo Isabel Espino, en las calles de su localidad natal, hasta que decidió dar el paso de enrolarse en el CV Nuestra Señora de la Luz, «y recuerdo que cuando más entrenaba, más me gustaba».

Aprendió de la mano de ilustres voleibolistas como Helen Silva y Flavia Lima (en aquel entonces también jugadoras del primer equipo), de Paco Álvarez y ‘Chusma’ Gómez, hasta que llegó a ser instruida por Adolfo Gómez, técnico desde hace más de dos décadas de este exitoso proyecto deportivo.

Compitió en todas las categorías, desde alevín hasta llegar a jugar en la élite del voley español, la Superliga, incluidos cuatro años en la selección autonómica de Extremadura.

En la actualidad desempeña funciones de líbero, a la sombra de la veterana Bea Gómez, un puesto muy específico con el que reconoce que disfruta en la cancha, aunque afirma al mismo tiempo que «de vez en cuando, echo de menos atacar y sobre todo el sabor y la descarga de adrenalina que supone poner un buen bloqueo».

Asegura que los últimos años se le hizo muy difícil coordinar estudios, «con muchas horas de entrenamiento, gimnasio, partidos y largos desplazamientos, pero al final, siempre merece la pena, y el sacrificio, entonces, cobra sentido».

Julia Cabeza asevera que, a pesar del disgusto que supuso el descenso el año pasado, «ahora jugamos en una categoría como la Superliga 2 que permite que más jugadoras de cantera formen parte del primer equipo, lo que propicia el crecimiento del club desde la base».

«No sé cuánto tiempo seguiré jugando al voleibol, o si el día de mañana también realizaré funciones de entrenadora, pero lo que sí tengo claro es que el voleibol ha sido uno de los pilares más importantes de mi vida», concluye.