Los jugadores y el cuerpo técnico pueden poner hoy el enésimo episodio de la crisis del Cáceres, que alcanza ya carácter terminal. Para esta tarde tienen decidido no entrenar, a la espera de que con esta medida "alguien haga algo" y se atisbe una solución. La situación de caos va mucho más allá: salvo cambio de opinión de última hora, la directiva tiene previsto anunciar su dimisión mañana en el transcurso de una rueda de prensa.

El presidente, Juan Francisco Luis, llevará a cabo la intención apuntada en este diario el pasado sábado: "si la Caja de Extremadura no nos adelanta el dinero, nos vamos; no estamos dispuestos a mendigar más". Con ello el club estará huérfano de dirigentes y se abriría un periodo de indefinición de imprevisibles consecuencias.

La llegada de una gestora sería la teórica solución momentánea para que el club sobreviviera, o al menos que continuara jugando. Varios de los empresarios que han adelantado el dinero para el aval --los teóricos patrocinadores-- podrían ejercer, de nuevo, de salvadores. Aunque no quiso pronunciarse abiertamente sobre esta cuestión puntual, el expresidente y empresario Pedro Núñez declaró ayer a este diario que "nos tendremos que plantear defender el dinero que hemos puesto", en clara referencia a los casi 30.000 euros que han puesto cada uno de los 15 industriales cacereños para pagar los derechos federativos.

Pero antes de ello, el Cáceres vivió el día siguiente a su derrota ante Los Barrios, punto de inflexión en la crisis, con la moral en las uñas. Los directivos se hicieron a la idea de que no habrá adelanto a la subvención municipal y principalmente Luis y el gerente, Julio Espino, tienen más que decidido irse.

JUGADORES Los jugadores, mientras, están citados para esta tarde para reanudar el trabajo a las órdenes del técnico, Ñete Bohigas. Antes se reunirán, aunque en principio seguirán los pasos de los extranjeros y no entrenarán, salvo cambio de opinión de última hora. El panorama para el próximo viernes, en el que los verdinegros reciben al potente CAI Zaragoza de Alfred Julbe, no puede ser más desalentador.

La directiva, incluso, ha pensado retirar al equipo de la competición, ante la imposibilidad material de pagar las nóminas. La idea inicial era pagar todo lo que se debe a la plantilla con el dinero depositado en la federación, pero esto no va a ser posible, según el reglamento de la propia federación. En el caso de que se concrete la retirada, el club no podrá participar en competiciones nacionales durante los próximos tres años, aunque en ello nadie quiere pensar.

Mientras tanto, el Cáceres hizo ayer público un comunicado en el que niega que esté manteniendo pulso alguno con el ayuntamiento, subrayando que la corporación municipal "es la principal valedora del nuevo proyecto", recordando que, "con independencia de las actuaciones llevadas a cabo por el señor el señor Vela, sujetas a crítica como las de todos cuantos realizamos una actividad pública".

El club afirma que el ayuntamiento ha estado asumiendo el liderazgo de las instituciones públicas y empresas privadas "en el esfuerzo de por fomentar el deporte del baloncesto en nuestra ciudad".

El comunicado verdinegro reafirma en su final que la relación "se atiene a los principios de un perfecto entendimiento y la más estrecha colaboración" entre el club y el consistorio y niega que se haya producido enfrentamiento alguno de carácter institucional. Por ello, dice, "queremos hacer público reconocimiento de gratitud a cuantos componen la institución municipal; en nuestro nombre, en el de los socios y aficionados del club y en el de las más de 200 familias cacereñas que comparten nuestra vertiente más social: los distintos equipos de cantera que hacen del Cáceres la gran familia del baloncesto cacereño".