Podría afirmarse que el Cáceres Destino Turístico, el nuevo club de baloncesto de la ciudad, salvó ayer un match-ball decisivo. Un juzgado de la capital cacereña dictaminó que no existe sucesión de empresas entre la entidad y el Basket Cáceres SAD, lo que significa que nadie podrá reclamarle a los actuales gestores las numerosas deudas acumuladas por el club que está en vías de desaparición.

La sentencia viene a cuenta de la reclamación de Gregorio Pablo, un contable que trabajó en la antigua entidad durante diez años. Ahora reclamaba despido improcedente tras la liquidación del Basket Cáceres y que respondiese el Cáceres Destino Turístico, estimando que era una prolongación del Basket Cáceres. Tendrá derecho a recibir los 45 días por año trabajado que establece la ley, pero se los debe reclamar a la sociedad anónima deportiva que ahora está en vías de extinción. Puede apelar.

ALEGRIA

En el nuevo club la satisfacción era indisimulada. Una sentencia desfavorable hubiese supuesto prácticamente su desaparición, ya que los acreedores del Basket Cáceres son numerosísimos. "Era importante. Está claro que no tenemos nada que ver con el anterior club, con el que sólo compartimos pabellón y afición", afirmó Juan Francisco Luis. El presidente del Cáceres Destino Turístico destacó que a Pablo se le ofrecieron "muchas soluciones antes de llegar a juicio". También mostró contento porque, según su pronóstico, "esto va a dar más credibilidad al club entre aquellos que pueden tener dudas".

Mientras, la plantilla continúa sin cobrar los dos meses que se les adeudan, pese a que el propio Luis indica que es un problema "en vías de solución". "Los jugadores están tranquilos", señaló ayer el entrenador verdinegros, Ñete Bohigas.