"Si estoy en Tercera División, es que soy jugador de Tercera". Kevin Vicente Levis (Mar del Plata, Argentina, 20 de agosto de 1992) no se inmuta especialmente cuando se le cuestiona sobre si para un futbolista de su perfil no estar al menos en Segunda División B es algo frustrante para él. Competitivo, voraz, profesional, el punta del Cacereño espera el ascenso con su actual club y mira al horizonte: "soy joven y para eso he venido: para jugar más arriba y para eso trabajo y seguiré trabajando en el futuro".

En los dos primeros partidos, ha hecho otros tantos goles y ya es el más jaleado de la plantilla desde la grada. Tanto en Sierra de Fuentes en el estreno como el domingo en el Príncipe Felipe, los mayores aplausos fueron para él. ¿El motivo? Su carácter fajador, su constante brega, que le hacen ser diferente. "Soy argentino", proclama. "Sí es verdad que he notado el cariño y el mejor trato hacia mí, tanto en las redes sociales como en el estadio. Eso es fundamental, ya nos lo dice el míster en el vestuario".

Competitividad

Traducción para profanos: es evidente que el '9' del CPC tiene un gen competitivo especial, y él lo sabe y lo explota al máximo. "Me criaron así y somos así; quien no lo reconozca miente. Los delanteros intentamos sacar provecho de las pequeñas cosas".

También su pugna con el contrario, sin arrugarse, le distingue. "Yo estoy bien, no me pongo nervioso. No entro, pero si me insultan y me faltan al respeto, yo no puedo quedarme callado, pero nada más. Sé que a veces me provocan, eso ha pasado en años anteriores, y que lo mío es así, pero a mí no me han expulsado. Sé mantenerme tranquilo". El tipo de juego del ariete hispano-argentino del Cacereño responde a ese perfil combativo y voluntarioso tan de su país de origen. "A veces tengo unas palabras con el rival, pero esto no incluye nada más, no pasa nada".

Kevin insiste en que sus condiciones no se circunscriben exclusivamente a ser un simple goleador. "Yo también pongo trabajo y presión, aunque mi característica principal pueda ser el gol", explica.

Le apodan 'El rifle' por la manera que ha tenido durante años de celebrar los goles. Este año, desvela, "aún no lo he hecho". En esta ocasión, mira al cielo en forma de dedicatoria para su padre. Hablar con él unos minutos basta también para darse cuenta de que está muy informado de todo sobre su actual club, "un histórico" al que él piensa dar un servicio extraordinario. No sabría hacer otra cosa, se intuye. Lo lleva en la sangre. Es argentino.