Ahora que los futbolistas son considerados como ´semidioses´, y que a ellos mismos les cuesta salir de su particular burbuja de cristal, me gustaría comentar el comportamiento que tuvo el exjugador Kiko Narváez, en Cáceres, antes, durante y después del partido de fútbol sala que disputaron en Cáceres los componentes de ´El Tirachinas´ de la Cope, con el gaditano como principal reclamo, contra un equipo de chicas de Torrequemada. El encuentro hizo las delicias del público, pero lo que más llamó la atención fue la enorme clase que, como persona, demostró el exfutbolista, ahora comentarista radiofónico y televisivo. El exfutbolista, que cerró su carrera en el Extremadura, estuvo fantástico con todo aquel que quiso hacerse una foto con él o pedirle un autógrafo. Ni una mala cara. Ni un mal gesto. Toda la paciencia era poca. Fue un placer compartir unos minutos con Kiko, un tipo tan genial dentro como fuera de los terrenos de juego. El deporte lo hace grande gente como él.