El exjugador estadounidense de baloncesto de Los Ángeles Lakers Kobe Bryant, fallecido en Calabasas, cerca de Los Angeles, en un accidente de helicóptero en el que viajaba junto a otras cuatro personas, fue un deportista legendario que militó en este equipo durante 20 años, hasta su retirada en 2016.

Gianna ‘Gigi’ Bryant, de 13 años y una de las hijas de Kobe Bryant, murió también en el accidente. Ambos iban a asistir a un entrenamiento de baloncesto a la Mamba Academy, la escuela deportiva fundada por el exjugador, según este medio.

«La aeronave cayó en una zona remota cerca de Las Virgenes a las 10 de esta mañana», indicó la alcaldesa de Calabasas, Alicia Weintraub, en un comunicado. Bryant viajaba en su helicóptero privado cuando éste se precipitó contra el suelo y se vio envuelto en llamas.

El exdeportista utilizaba habitualmente su helicóptero Sikorsky S-76 privado para desplazarse. Estaba casado con Vanessa y tenía otras tres hijas, además de Gianna: Natalia, Bianca y la recién nacida Capri.

ESTRELLA INDISCUTIBLE

LeBron James le adelantó en el tercer lugar de los mejores anotadores de todos los tiempos de la NBA, pero el nombre de Kobe Bryant, por muchos puestos que pueda descender en los rankings, nunca desaparecerá. Está escrito en letras indelebles. Grande fue su carrera y grande fue su carisma. El trágico final que experimentó a los 41 años provocó una descomunal reacción de pesar.

Un terremoto agitó al mundo del deporte por la pérdida de una de las grandes leyendas, un mito inmortal que en la proximidad del trato se manifestó como un ser de carne y hueso. Con sus virtudes y sus errores. Las tres veces que se acercó al Barça (en el 2006, el 2011 y el 2015) dejó una estela de simpatía que hizo creer a sus dirigentes que algún día le convencerían de acabar jugando en Europa. Como su padre.

Kobe nació en Filadelfia pero su infancia la pasó en Italia, donde, Joe, el progenitor, hizo carrera. Tendría una carrera deportiva bestial. De dimensiones planetarias y de números abrumadores que ayudan a situarlo en el lugar que se merece. En el olimpo del basket. Cerca de Michael Jordan.

20 temporadas jugó en los Lakers (1996-2018) de la que Kobe Bryant se proclamó campeón cinco veces. En 11 años figuró en el mejor quinteto, pero en 9, y lo que revaloriza el mérito, es que estuvo en el mejor quinteto defensivo. Es decir; que jugó y defendió, como piden todos los entrenadores a sus pupilos. Anotó 33.643 puntos en toda su carrera, 81 en una sola noche (22 de enero del 2006) ante los Toronto Raptors, solo superado por los 100 de Wilt Chamberlain en 1962. Diez años más tarde, el 13 de abril de 2016, disputó su último encuentro. Se marchó, con 37 años, dejando constancia de su grandeza con una actuación con 60 puntos.

Del impacto que dejó en Los Ángeles, en la cuna de grandes leyendas como Kareem Abdul Jabbar, Magic Johnsson y Shaquille O’Neal, en menor medida, dan cuenta dos detalles. El primero es que los Lakers retiraron los dos dorsales que lució: el 8, el original, que eligió tras ser fichado por los Lakers inmediatamente después de que fuera elegido por los Charlotte Hornets (en el puesto 13) y el 24, que readoptó de su época de estudiante. El segundo: el consejo municipal de la ciudad decidió que el 24 de agosto (el 24 del 8) se conmemoraría el Día de Kobe Bryant.